2.2.- Proceso
Los linfocitos T poseen receptores de antígenos, pero no pueden identificar antígenos libres. Además, deben reconocer el antígeno extraño y una molécula propia de la célula diana en la que se encuentra simultáneamente. Los antígenos son glucoproteínas específicas codificadas por una región del genoma llamado Complejo Principal de Histocompatibilidad (CMH). Existen 2 tipos:
CMH de clase 1:
Están en todo tipo de células y son reconocidos por los linfocitos T8.
CMH de clase 2:
Solo está en células del sistema inmune y son reconocidos por linfocitos T4. El proceso se realiza de esta forma: una célula del hospedador reconoce un elemento extraño. Una vez identificada como extraña, la célula se queda adherida a la pared celular y después es fagocitada, formando así una vacuola digestiva. Luego, un fragmento del antígeno se fija a las proteínas del CMH del fagocito. Este determinante antigénico se combina con un autoantígeno para formar un complejo antigénico, convirtiendo a la célula en una presentadora de antígenos. Si se trata de un linfocito colaborador (Ta), libera distintos tipos de interleucinas que activan a los linfocitos B, estimulan la activación de los linfocitos citotóxicos y aumentan la estimulación de los fagocitos.
3.- Memoria inmunológica
Es la capacidad de respuesta inmunológica a un antígeno más rápida y eficaz.
3.1.- Respuesta primaria
Es aquella que se origina cuando es la primera vez que dicho antígeno penetra en el organismo e induce la síntesis de anticuerpos por primera vez. Los anticuerpos formados son del tipo IgM. Tras la exposición al antígeno, hay un breve periodo de latencia durante el cual este es identificado y los linfocitos comienzan a multiplicarse durante varios días. A partir de este máximo, se inicia una fase de declinación durante la que la concentración de anticuerpos va disminuyendo hasta alcanzar un nivel muy bajo.
3.2.- Respuesta secundaria
Ocurre si existe un segundo contagio con el mismo antígeno. Tras la primera respuesta, se forman las células de memoria que permanecen en el organismo incluso después de eliminar el antígeno por completo. Estos linfocitos se activan rápidamente ante una nueva exposición al mismo antígeno, por lo que en esta segunda respuesta el periodo de latencia sea más corto, la producción de anticuerpos más rápida y mayor, y la fase de declinación más lenta. Los anticuerpos que se sintetizan en este caso son IgG, que poseen mucha mayor afinidad por el antígeno. En muchas ocasiones, el antígeno es eliminado antes de que se produzca ningún síntoma apreciable.
Fin de la respuesta inmunitaria
Una vez eliminada la infección, cesa la actividad de los linfocitos B y T. Los linfocitos supresores son los reguladores del proceso, desactivando los linfocitos activados por medio de la formación de factores supresores.
Tipos de inmunidad
Según como se obtenga la inmunidad, se distinguen varios tipos:
Congénita
La poseen algunas especies o individuos por su propia naturaleza, por lo que se tiene desde el nacimiento. Algunos individuos demuestran una especial resistencia a adquirir enfermedades propias de su especie y raza.
Adquirida
Es la que se alcanza en algún momento de la vida del individuo por la formación de anticuerpos. Se puede distinguir entre:
1. Natural
Puede ser –pasiva: se produce sin que se activen los mecanismos de respuesta inmune del individuo, por ejemplo, la transmisión de inmunoglobulina de la madre al feto por vía placentaria. –activa: el individuo adquirió memoria inmunológica. Según la enfermedad, la inmunidad dura toda la vida de un individuo, unos años o periodos cortos de tiempo.
2. Artificial
Desarrollada por mecanismos no naturales, se obtiene estimulando el sistema inmunitario del individuo por medio de técnicas médicas. Se distinguen entre:
2.1. Activa
Vacunas:
2.1.1. Concepto y características
Es un modo artificial de inmunización activa mediante el cual se introduce antígenos no agentes patógenos en el organismo con el fin de inducir una inmunidad específica. Los antígenos utilizados no pueden ser ni tóxicos ni patógenos, pero si deben conservar la capacidad de generar una respuesta inmunitaria. Deben ser seguras y no producir efectos secundarios.
2.1.2. Tipos
Se distinguen varios tipos: –atenuadas: contienen microorganismos vivos que se reproducen en el individuo inoculado y originan una infección muy limitada con síntomas locales leves. Como respuesta, el organismo fabrica un gran número de anticuerpos y linfocitos B de memoria que proporcionan una inmunidad intensa y de larga duración. –inactivadas: los microorganismos están muertos y es preciso suministrar una dosis mayor para que la vacuna contenga los antígenos suficientes. Son necesarias dosis de recuerdo para estimular a los linfocitos B de memoria. -Toxinas: son alteradas por el efecto del calor, pero conservan su capacidad inmunógena, por lo que estimulan la síntesis de los anticuerpos. –antígenos purificados: son una proteína de la cubierta vírica. Por ingeniería genética, se ha obtenido la vacuna de la hepatitis B.
2.2. Pasiva
Suero: consiste en la introducción en el organismo de anticuerpos sintetizados por otro ser vivo, por lo que el sistema inmunitario del individuo receptor no necesita activarse. Tiene estas características: – Proporciona una protección inmediata (curativa). – Útil en individuos con deficiencias en su sistema inmunitario. – La duración de la inmunidad es limitada porque los anticuerpos administrados van desapareciendo del cuerpo del receptor. La sueroterapia se acompaña de una vacunación que genera una producción de anticuerpos cuando desciende la actividad de los inyectados. Al principio se usaban sueros de animales y ahora es más frecuente obtenerlos mediante biotecnología.
Alteraciones del sistema inmunitario
Las alteraciones se pueden deber a unas respuestas muy intensas, dando lugar a procesos de hipersensibilidad, creando inmunodeficiencias.