Concepto de reproducción y tipos de reproducción:
La reproducción es el proceso a través del cual se originan nuevos organismos a partir de seres preexistentes, capacidad que tienen los seres vivos de perpetuar la especie en el planeta. Puede realizarse en forma asexual a partir de un solo individuo progenitor y sin la participación de las gametas, sin intercambio de material genético, o puede ser en forma sexual con la participación de dos individuos y con al menos una gameta, lo que genera variabilidad genética. Los varones producen en las gonadas órganos especiales productores de gametas, células sexuales masculinas o espermatozoides, y las mujeres células femeninas u óvulos. Las gonadas producen gametas haploides que tienen la mitad del material genético, 23 cromosomas. La formación de los espermatozoides y óvulos se realiza por medio de la meiosis.
Sistema Reproductor Masculino
Testículos: Son cuerpos pares y ovales, rodeados de tejido conectivo muy resistente que envía proyecciones hacia el interior dividiéndolos en compartimentos o lobulillos, cada uno tiene cientos de estructuras tubulares llamadas túbulos seminíferos.
Epidídimo: Es un tubo enrollado que está encima de los testículos, donde desembocan los conductos eferentes que provienen de los túbulos seminales del testículo. Los espermatozoides ingresan al epidídimo formados, a medida que lo recorren maduran, pueden fertilizar y se tornan muy móviles, proceso denominado espermiogénesis.
Conducto deferente: Une el conducto del epidídimo con el conducto eyaculador, con una gruesa pared formada por un epitelio cilíndrico pseudoestratificado, tres capas de tejido muscular liso y por fuera una capa de tejido conectivo. El conducto deferente propulsa el esperma desde el epidídimo en forma rápida durante la eyaculación.
Vesículas Seminales: En el trayecto de las vías espermáticas desembocan varias glándulas accesorias que producen sustancias biológicas importantes. Dentro de estas glándulas están las vesículas seminales, estructuras alargadas en forma de saco, situadas por detrás de la próstata y que se unen al inicio del conducto eyaculador. La secreción de las vesículas seminales forma parte del total eyaculado, es de color amarillo y consistencia viscosa, abundante en fructosa, un glúcido que brinda la energía necesaria a los espermatozoides para su movilidad. La función del semen es nutrir a los espermatozoides debido a su alto contenido en proteínas, glúcidos y lípidos que permiten la movilidad de las gametas masculinas.
Próstata: Es la más grande de las glándulas y se halla rodeando la uretra desde su inicio en la vejiga. La secreción prostática es un líquido lechoso rico en zinc, ácido cítrico, fosfata ácida, lípidos, amilasa, calcio, potasio y enzimas proteolíticas, una de ellas la fibrinolisina fundamental para la licuefacción del semen.
Conducto Eyaculador
Zona corta y estrecha que conecta el conducto deferente con la uretra.
Pene: Órgano copulador masculino de forma cilíndrica por cuyo interior pasa la uretra, posee un tejido eréctil formado por un cuerpo esponjoso ventral y dos cuerpos cavernosos dorsales, todos unidos por tejido conectivo que conforman la túnica albugínea. Están formados por numerosas trabéculas y gran cantidad de tejido muscular liso. El pene está muy bien vascularizado, la entrada de sangre durante la excitación sexual provoca la erección y rigidez del pene. El cuerpo esponjoso presenta una dilatación anterior, el glande, rico en terminaciones nerviosas sensitivas y recubierto por un pliegue de piel, el prepucio.
Sistema reproductor femenino
Ovarios: Son las gonadas femeninas, dos órganos ovalados situados a ambos lados del útero, con la función de producir gametas y secretar hormonas. En su interior hay más de 400 mil folículos ováricos, de los cuales alrededor de 400 llegan a término, completando su desarrollo y originando un óvulo apto para ser fecundado.
Trompas de Falopio: Se dividen en varias regiones: infundíbulo, ampolla, istmo y uterotubaria. El infundíbulo, o extremo ovárico del oviducto, tiene forma de embudo y su borde presenta numerosos procesos acintados denominados fimbria, que en constante movimiento permiten que el óvulo ingrese en los oviductos. En la ampolla, el tercio ensanchado de la trompa, el óvulo permanece aproximadamente unos 3 días y es donde se lleva a cabo la fecundación.
Útero: Es el receptáculo que alberga al embrión durante la gestación, ubicado en la región pélvica. La pared del útero está formada por tres capas: el perimetrio que recubre externamente al útero, el miometrio que es la capa de mayor espesor, músculo liso dispuesto en tres estratos, y el endometrio que constituye la capa más interna del útero, un tejido epitelial y una gruesa capa de tejido conectivo.
El endometrio se divide en dos zonas o capas: la capa funcional y la capa basal. Esta última no sufre cambios cíclicos ni se elimina durante la menstruación, siendo la zona de regeneración de la capa funcional, la cual se modifica en las diferentes fases del ciclo menstrual.
Vagina: Es el órgano copulador, un tubo musculomembranoso impar, medio y extensible. Su extremidad superior está unida al cuello uterino y la porción inferior a la vulva, con la que se comunica mediante un orificio parcialmente ocluido por una membrana llamada himen. La vagina está adaptada para la recepción del pene durante la cópula y sirve como canal de parto. En la vulva se encuentran las glándulas vestibulares.
Monte de Venus: Es una región adiposa localizada sobre la sínfisis púbica femenina, recubierta de vello desde la pubertad, al igual que los labios mayores: pliegues cutáneos con abundantes glándulas sebáceas y sudoríparas, y los labios menores: carecen de vello, se sitúan más internamente y están muy vascularizados. El clítoris: es una estructura homóloga al pene, formado por el mismo tipo de tejido eréctil y tiene un papel importante en la respuesta sexual debido a su rica inervación sensitiva. Entre los labios menores se encuentra el vestíbulo, lugar donde se abre la uretra a través del meato urinario y la vagina por medio del orificio vaginal, desembocan las glándulas vestibulares de Bartholin que producen sustancias lubricantes que facilitan la penetración del pene.
Ciclo menstrual: La producción de ovocitos en la mujer es cíclica, conocida como ciclo menstrual o ciclo sexual femenino. Su producción y control se llevan a cabo por el hipotálamo. Las hormonas involucradas son los estrógenos y la progesterona, producidas y liberadas por los ovarios, y las hormonas hipofisarias foliculoestimulante y luteinizante. Todos los acontecimientos implican cambios de concentración hormonal y anatómicos en el ovario y en la pared interna del útero.
El ciclo comienza con el primer día de flujo menstrual causado por el desprendimiento del endometrio. El aumento de la concentración de FSH y LH estimula un folículo ovárico que crece y secreta estrógenos, bajo cuya influencia el endometrio se regenera. El brusco aumento de la concentración de estrógenos antes de alcanzar la mitad del ciclo dispara un incremento súbito de LH desde la hipófisis, lo que produce la ovulación. Después de la ovulación, la concentración tanto de LH como de FSH cae. El folículo se convierte en el cuerpo lúteo que produce progesterona y estrógenos. La progesterona continúa estimulando el endometrio. Si la fecundación no se produce, el cuerpo lúteo degenera, la producción de progesterona se detiene y el endometrio se desprende. Las concentraciones de LH y FSH vuelven a subir y comienza un nuevo ciclo. El ciclo se puede dividir en dos etapas: la preovulatoria y la postovulatoria. La preovulatoria va desde el día 1 hasta el día de la ovulación, pudiendo variar en cuanto a su duración. La etapa postovulatoria va desde la ovulación hasta la próxima menstruación o hemorragia, durando 14 días, ya sea de forma regular o irregular.