Metabolismo de los tóxicos
Se denomina “tóxico” a toda sustancia externa que, al entrar en contacto con el organismo, puede provocar una respuesta perjudicial, daños serios o la muerte. Se entiende por toxicidad o acción tóxica la capacidad de una sustancia para ocasionar daños en los organismos vivos una vez que ha alcanzado un punto del cuerpo susceptible a su acción. Esta acción tóxica consiste en modificaciones de las funciones del organismo a nivel celular, bioquímico o molecular que darán lugar a una manifestación observable llamada “efecto”. La interacción de los contaminantes químicos con el organismo puede describirse a partir de la sucesión de los procesos de absorción, distribución, biotransformación y excreción.
Tanto el depósito en el interior del organismo como los efectos genéticos son otras fases posibles, aunque no siempre se producen.
Vías de entrada de los contaminantes en los organismos
La absorción de un contaminante químico por el organismo supone su incorporación a la sangre, tras franquear los obstáculos naturales constituidos por las diversas barreras biológicas (paredes alveolares, epitelio gastrointestinal, epidermis, tejido vascular, etc.) a las que se accede por distintas vías que son fundamentalmente la respiratoria, cutánea, digestiva y parenteral. También se considera una vía de entrada las mucosas, si bien pueden tener menor importancia en el plano laboral general. En el ámbito laboral, la vía respiratoria es sin duda la más importante, ya que cualquier sustancia presente en la atmósfera de trabajo es susceptible de ser inhalada. A) Vía respiratoria, b) Vía dérmica, c) Vía digestiva, d) Vía parenteral.
Biotransformación
El organismo somete a las sustancias extrañas (xenobióticos) a una serie de transformaciones cuyo resultado suele ser la desactivación del efecto tóxico. En ocasiones, el cambio sufrido al metabolizarse la sustancia es totalmente contrario, como ocurre con el paraquat, cuyo metabolito es el producto tóxico, o con el metanol, que lesiona el organismo a partir del formaldehído y ácido fórmico resultantes de su biotransformación. El órgano más importante de la metabolización de los tóxicos es el hígado. Existen, sin embargo, órganos con una capacidad residual de transformación como el pulmón, los riñones, la piel, el corazón, los músculos y el cerebro.
Excreción
Las vías de excreción son múltiples. La más importante es la vía renal, aunque no hay que olvidar otras vías como la respiratoria (por donde se eliminan los gases y compuestos volátiles), la biliar, la gastrointestinal y vías accesorias como las glándulas salivares, las sudoríparas o la secreción láctea. Evidentemente, la integridad de estos sistemas de excreción puede condicionar, y de hecho condiciona, la dosis activa de la sustancia.
Efectos de los tóxicos sobre el organismo
Los factores mencionados condicionan una respuesta mayor o menor del organismo frente a los tóxicos. Esta respuesta constituye, de hecho, el efecto del tóxico en el organismo y su intensidad vendrá dada por el desequilibrio ocasionado por los agentes químicos en el organismo con respecto a un organismo sano. La clasificación de los efectos sobre el organismo puede hacerse sobre la base de múltiples criterios. Atendiendo al tiempo que transcurre entre la exposición y la aparición de los efectos, se habla de efectos agudos, si es inmediato a la exposición, o de efectos crónicos, si hay periodo de latencia; mientras que si se valora su evolución se clasifican en efectos reversibles o efectos irreversibles. Finalmente, la clasificación según el lugar de acción los divide en efectos locales y efectos sistémicos. Los primeros se producen en la misma vía de entrada, mientras que los segundos requieren la absorción y distribución del contaminante dentro del organismo, ejerciendo su acción en el/los órgano/s diana. Con relación a los efectos sistémicos, el sistema más frecuentemente afectado por fenómenos tóxicos es el nervioso y, en especial, el cerebro. Le siguen en importancia el aparato cardiocirculatorio, la sangre y el sistema hematopoyético y, finalmente, ciertas vísceras como el hígado, los riñones, el pulmón y la piel; y con frecuencia muy inferior, los músculos y los huesos.
Tipos de tóxicos y efectos en el organismo Irritantes :
Inflamación en las áreas de contacto, piel y mucosas ocular y del aparato respiratorio
Corrosivos : Destrucción del tejido sobre el que actúa.
Neumoconióticos
Alteración pulmonar por partículas sólidas, de sustancias insolubles en los fluidos biológicos, que se depositan y acumulan en el pulmón.
Asfixiantes
Anoxia por desplazamiento del oxígeno del aire (asfixiantes simples) o por alteración de los mecanismos biológicos de oxidación (asfixiantes químicos)
Anestésicos:
Depresión del sistema nervioso central.
Sensibilizantes
Efecto alérgico en presencia de pequeñas cantidades, que puede manifestarse de forma diversa (asma, dermatitis, rinitis)
Tóxicos sistémicos
Alteraciones o daños en órganos o sistemas específicos (hígado, riñón, piel, etc.) una vez absorbido y distribuido por el cuerpo.
Relación dosis-efecto
El valor de la dosis por debajo de la cual no se manifiesta ningún efecto define el denominado umbral de efecto (o de toxicidad). Debe indicarse que no todas las sustancias con efecto gradual presentan este umbral. A igualdad de dosis, no todos los organismos responden de igual manera e incluso un mismo individuo, en momentos distintos, puede responder de forma diferente.
Relación dosis-respuesta
A medida que se aumenta la dosis, crece la proporción de individuos que alcanzan un nivel predeterminado del efecto hasta que finalmente todos ellos lo presentan. La diferencia con la relación dosis-efecto reside en que al hablar de respuesta se define previamente cuál es el nivel del efecto que se considera significativo y ello permite clasificar a los individuos de la población en dos grupos, los que han experimentado. La dosis efectiva media (dm) corresponde a la dosis para la cual el 50% de los individuos manifiesta el efecto considerado.