La Respiración
La respiración es un proceso vital mediante el cual el oxígeno del aire llega a las células, donde se utiliza en las reacciones químicas de producción de energía. Estas reacciones generan dióxido de carbono, que se expulsa también a través de la respiración.
La respiración consta de dos fases principales:
- Respiración externa: el oxígeno pasa del aire ambiental a la sangre en los pulmones, y el dióxido de carbono de la sangre pasa al aire.
- Respiración interna: el oxígeno, transportado por la sangre, llega a todas las células del organismo, donde se utiliza para obtener energía. Este proceso también incluye la evacuación del dióxido de carbono desde las células hasta los pulmones, igualmente a través de la sangre.
Fisiología de la Respiración
La Ventilación
La ventilación es el proceso que permite acercar el aire exterior a la sangre para facilitar el intercambio de gases. Es un proceso cíclico que consta de dos fases: inspiración y espiración.
- Inspiración: se produce por la contracción de los músculos respiratorios. Es un proceso activo.
- Espiración: ocurre por la relajación de los músculos respiratorios y la elasticidad pulmonar, que devuelve los órganos a su volumen normal, expulsando el aire. Es un proceso pasivo.
Durante la inspiración tranquila, el principal músculo que se contrae es el diafragma. Su aplanamiento aumenta el volumen de la caja torácica, disminuyendo la presión interna y forzando la entrada de aire. En la respiración forzada, como durante el ejercicio intenso, se contraen músculos adicionales como los intercostales externos, esternocleidomastoideo, escalenos, serratos anteriores y pectorales menores, aumentando la capacidad y velocidad del flujo de aire.
En la espiración forzada, se contraen los músculos abdominales y los intercostales internos, comprimiendo las vísceras abdominales, elevando el diafragma y verticalizando las costillas, lo que resulta en la compresión y vaciado pulmonar.
Transferencia de Gases
La transferencia de gases se realiza por difusión, un proceso pasivo donde un gas se desplaza desde una zona de mayor concentración a una de menor concentración. El oxígeno difunde desde el aire alveolar hacia la sangre, y el dióxido de carbono desde la sangre hacia el aire alveolar.
Respiración Celular
El oxígeno en la sangre se une a la hemoglobina, una proteína que contiene hierro y que facilita su transporte. La hemoglobina tiene afinidad por el oxígeno, captándolo en los alveolos y liberándolo en los tejidos, donde la concentración de oxígeno es menor debido al consumo celular. La sangre con hemoglobina desoxigenada se llama sangre venosa, y al oxigenarse en los pulmones se convierte en sangre arterial. El dióxido de carbono sigue un proceso inverso, difundiendo desde las células hacia los capilares y siendo transportado por la sangre hasta los alveolos, donde se elimina al ambiente durante la espiración.
Regulación del Ritmo Respiratorio
El sistema nervioso regula la frecuencia y profundidad respiratoria de forma automática, ajustándose a las necesidades del organismo. Los centros nerviosos encargados de esta regulación se encuentran en el tronco del encéfalo. También es posible modificar voluntariamente el ritmo respiratorio, por ejemplo, al hablar o cantar, aunque dentro de ciertos límites vitales.
Enfermedades Respiratorias
Rinitis aguda
Inflamación de corta duración de la mucosa nasal, caracterizada por hipersecreción de moco, dificultad respiratoria (disnea), reducción de la capacidad olfativa y estornudos frecuentes. Puede ser causada por infecciones, irritantes químicos o alergias.
Sinusitis
Inflamación de la mucosa de los senos paranasales, que puede ser aguda o crónica. La causa más común es la obstrucción de los conductos de ventilación y drenaje, provocando acumulación de moco y posible desarrollo de infecciones bacterianas o virales. Causa dolor, congestión nasal, secreción y fiebre. El tratamiento se enfoca en eliminar la infección y facilitar el drenaje.
El Resfriado
Inflamación aguda de la mucosa de las vías aéreas superiores causada por virus. Cursa con rinitis, faringitis y a veces laringitis, provocando hipersecreción de moco, disnea, dolor de garganta y fiebre leve. El tratamiento incluye reposo, hidratación y analgésicos/antitérmicos. Se cura en 2-3 días si no hay complicaciones.
Gripe
Infección causada por virus de la gripe, con rinofaringitis más leve que el resfriado, pero con mayor afectación general, fiebre alta y dolores musculares. El tratamiento es similar al del resfriado, pero la recuperación puede tardar 2 semanas o más, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas.
Bronquitis aguda
Inflamación aguda del árbol bronquial que estrecha los bronquios y dificulta la respiración. Puede ser causada por infecciones, humo de tabaco, irritantes laborales o contaminantes. Se manifiesta con tos, fiebre, disnea y dolor torácico. El tratamiento incluye reposo, analgésicos, antipiréticos, hidratación y, en algunos casos, antitusígenos o antibióticos.
Asma bronquial
Obstrucción generalizada de las vías aéreas bajas debido a una reactividad exagerada de los bronquios a ciertos estímulos. Provoca edema, hipersecreción de moco y dificultad respiratoria, especialmente durante la espiración. Se manifiesta con disnea, taquipnea y sibilancias.
Neumonía
Inflamación del tejido pulmonar, especialmente de los alveolos, que se llenan de líquido y dificultan el intercambio de gases. La causa más frecuente es una infección bacteriana o viral, aunque también puede ser causada por irritantes químicos. Se manifiesta con fiebre, escalofríos, tos con esputo, dolor al respirar y taquicardia. Puede requerir hospitalización.
Tuberculosis
Infección causada por la bacteria *Mycobacterium tuberculosis*, que afecta principalmente a los pulmones, pero puede afectar otros órganos. Se transmite por vía aérea y es más común en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Puede ser asintomática inicialmente, pero con el tiempo causa tos, fiebre, fatiga, pérdida de peso y sudoración nocturna. El tratamiento incluye antibióticos.
Enfisema pulmonar
Enfermedad caracterizada por la destrucción irreversible de las paredes alveolares, lo que reduce la superficie de intercambio de gases y la elasticidad pulmonar. La causa más común es el tabaquismo, pero también puede ser causada por irritantes químicos o trastornos genéticos. Se manifiesta con disnea, tos y sibilancias.
EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
Obstrucción progresiva de las vías aéreas, especialmente las pequeñas, y destrucción de las paredes alveolares. Afecta principalmente a mayores de 65 años y es causada por irritantes bronquiales como el humo del tabaco, tóxicos laborales y contaminantes atmosféricos. Se manifiesta con tos, esputo, disnea progresiva y bronquitis infecciosas recurrentes. El EPOC no tiene cura, y el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.