Donación y Trasplante de Órganos: Todo lo que Necesitas Saber

¿Quién Puede Ser Donante de Órganos?

El trasplante es una técnica médica muy desarrollada que logra magníficos resultados en los receptores. Sirve para salvar vidas, mejorar la calidad de vida o ambas cosas. Para ello, se necesitan donantes.

El donante es una persona en situación de «muerte cerebral» o «muerte encefálica». Es decir, una persona que ha fallecido y cuyo cerebro ha dejado de funcionar, pero cuyos latidos del corazón se mantienen de forma artificial para que los órganos que van a ser trasplantados estén en perfectas condiciones.

Para que una persona sea donante es suficiente con que, en vida, haya transmitido a sus familiares más directos la decisión de que, tras su muerte, sus órganos sirvan para salvar o mejorar la vida de otros.

En algunos tipos de trasplante, el donante puede ser una persona viva. Esto es posible cuando se requiere un tejido renovable, como la piel o la médula ósea, o una parte de un órgano con capacidad de regeneración, como el hígado, o un órgano no imprescindible, como el riñón (es posible vivir con uno solo).

Legislación Española sobre Donación y Trasplantes

La ley que regula la donación y los trasplantes en España fue proclamada en 1979 y contempla los siguientes puntos fundamentales:

  1. El establecimiento de la llamada muerte encefálica como definición científica, legal y ética del concepto de muerte de un individuo.
  2. La necesidad de que el diagnóstico de muerte se haga por un equipo de médicos independiente del equipo del trasplante.
  3. El carácter altruista de la donación y la no comercialización de los órganos.
  4. La garantía del anonimato del donante.
  5. La aplicación de criterios médicos para la distribución de los órganos disponibles entre los enfermos en espera de los mismos.

Problemas que Presentan los Trasplantes

Trasplantar es sustituir un órgano enfermo que pone en peligro la vida de una persona por otro que funciona adecuadamente.

El trasplante de órganos y tejidos como método terapéutico presenta tres problemas graves:

1. El Rechazo Inmunológico

Nuestro sistema inmunitario tiene la capacidad de distinguir lo propio de lo extraño. Si los glóbulos blancos detectan algo extraño, inmediatamente intentan destruirlo. Si bien esto permite superar muchas enfermedades, estas defensas también actúan cuando un órgano, un tejido o unas células procedentes de un donante se introducen en el cuerpo de un receptor.

Es imprescindible que donante y receptor sean lo más parecidos posible (compatibles). De lo contrario, se produce el rechazo. El receptor intenta defenderse del cuerpo extraño, lo que puede ocasionar su muerte. La mejor manera de evitar el rechazo es que el donante y el receptor sean lo más idénticos posible, pero esto nunca es totalmente factible. Para reducir el rechazo, se utilizan inmunosupresores.

Estos medicamentos reducen la capacidad de respuesta del sistema inmunitario, lo que disminuye la posibilidad del rechazo del trasplante, pero también conlleva otros problemas.

2. La Escasez de Órganos Disponibles

España es el país con mayor índice de donantes: más de 33 donantes por millón de habitantes. Sin embargo, alrededor de 5000 enfermos aguardan en las listas de espera. Aunque los plazos de espera son menores que en cualquier otro país y, en casos urgentes, no superan unos pocos días, esto no impide que entre un 10% y un 15% de los pacientes en espera de un corazón o un hígado mueran antes de recibir el trasplante.

3. La Imposibilidad Técnica de Obtener Determinados Órganos y Tejidos

Es imposible obtener y trasplantar el cerebro y, en general, el tejido nervioso. Por tanto, no es posible disponer de las células nerviosas que podrían curar enfermedades como el Parkinson, que merman las facultades mentales de las personas afectadas. Estas enfermedades también podrían beneficiarse de la disponibilidad de estas células.

Los problemas que plantean los trasplantes son difíciles de resolver. Los medicamentos inmunosupresores tienen importantes consecuencias adversas, el número de donaciones aumenta, pero sin llegar a cubrir las necesidades mínimas, y no parece sencillo poder trasplantar tejido nervioso.

Estas nuevas terapias pasarán en el futuro próximo por la medicina regenerativa, que se basa en la utilización de células madre. Su objetivo es regenerar cualquier tejido u órgano que no funcione correctamente sin provocar daños en el enfermo.

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