¿Qué es la alimentación?
Como ya sabes, todos los seres vivos necesitan tomar nutrientes del medio que los rodea para vivir. Los animales los consiguen comiendo y dedican gran parte de su actividad diaria a la búsqueda de alimentos.
Para los seres humanos, comer resulta igualmente imprescindible, ya que los alimentos proporcionan a nuestro organismo los nutrientes necesarios para llevar a cabo todas las funciones vitales.
La nutrición es el conjunto de procesos que permite a los organismos utilizar y transformar los nutrientes para mantenerse vivos.
La alimentación es el proceso por el cual se obtienen dichos nutrientes del medio externo.
1. Los principios inmediatos
Los alimentos contienen los nutrientes que necesitamos. Estos nutrientes son, básicamente, las biomoléculas que constituyen nuestro organismo y se denominan principios inmediatos.
- Glúcidos (hidratos de carbono): El pan, los cereales, las legumbres, las patatas y la pasta son ricos en glúcidos. Son sustancias fundamentales energéticas que se encuentran en muchos alimentos de consumo diario. Se diferencian dos grupos:
– Glúcidos sencillos o azúcares: Tienen sabor dulce, son cristalinos y solubles en agua. A ellos pertenecen los monosacáridos, como la glucosa y la fructosa, presentes en la miel y las frutas, y los disacáridos, como la sacarosa del azúcar y la lactosa de la leche.
– Glúcidos complejos: No son dulces ni cristalinos y están constituidos por la unión de muchas moléculas de glúcidos sencillos. El más importante en nuestra alimentación es el almidón. La celulosa, que contiene la fibra vegetal, es un glúcido que pertenece también a este grupo, aunque no puede ser usado como nutriente energético.
- Lípidos: Es un conjunto de sustancias muy diversas que se caracterizan por ser insolubles en agua y presentar un aspecto aceitoso. Dentro de los lípidos se pueden diferenciar los siguientes grupos:
– Grasas: Son moléculas energéticas que, en función de su composición química, se clasifican en grasas saturadas y grasas insaturadas. Las saturadas suelen ser de origen animal; las insaturadas son de origen vegetal y líquidas, por lo que se llaman aceites. La grasa es la principal reserva energética del organismo, puesto que llena las células del tejido adiposo.
– Lípidos componentes de las membranas celulares: Se trata de lípidos que constituyen la estructura de las membranas de las células y de los orgánulos celulares.
– Lípidos con funciones reguladoras: Comprenden algunas vitaminas y hormonas.
- Proteínas: Estos nutrientes son las moléculas estructurales más importantes. Cerca de la mitad del peso celular en seco de nuestro organismo corresponde a las proteínas. Estas están formadas por la unión de otras moléculas más simples, denominadas aminoácidos, de las que existen 20 distintas. De los 20 aminoácidos existentes, 12 pueden fabricarse a partir de otros aminoácidos. Así, aunque la alimentación sea deficitaria en uno de ellos, este nunca falta. Sin embargo, los 8 aminoácidos restantes, denominados aminoácidos esenciales, no pueden ser formados por el organismo y han de incorporarse en cantidad suficiente a través de los alimentos.
- Vitaminas: Son sustancias de composición química muy variada, imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo, que, como hemos visto, se necesitan en cantidades muy pequeñas. Las vitaminas se clasifican en:
– Vitaminas liposolubles: Son solubles en lípidos, pero insolubles en agua. Se acumulan en el hígado, órgano que actúa como almacén de estas vitaminas. Las más conocidas son la A y la D.
– Vitaminas hidrosolubles: Son solubles en agua, pero insolubles en lípidos. No se acumulan. Figuran entre estas vitaminas la B1, B2, B12 y C.
Sales minerales: Se trata de sustancias inorgánicas que desempeñan diversas funciones en el organismo: unas son estructurales, pues constituyen una parte importante de los huesos y de los dientes, y otras permiten el correcto funcionamiento de los órganos e intervienen en la regulación de las reacciones metabólicas celulares. Las sales minerales se hallan presentes en todos los alimentos, y algunas de ellas están disueltas en el agua que bebemos.
Agua: Es la molécula más abundante en nuestro organismo; supone, aproximadamente, el 63 % de la masa corporal. El contenido en agua de un tejido vivo es directamente proporcional a su actividad.
2. Las necesidades nutricionales
- Necesidades energéticas: Para mantener la actividad de todas las células, tejidos y órganos, calentar el cuerpo y realizar cualquier actividad física, nuestro organismo necesita energía. Esta energía la obtenemos de los nutrientes energéticos (glúcidos y grasas) contenidos en los alimentos y, cuando estos faltan, también de las proteínas. Este proceso sucede gracias a la respiración, que es el conjunto de reacciones químicas (metabólicas) que tienen lugar en las células. Aun cuando esté en completo reposo, nuestro organismo precisa una cantidad de energía mínima, denominada metabolismo basal, para llevar a cabo los procesos vitales: respirar, bombear la sangre, etc.
- Necesidades estructurales: Los nutrientes estructurales más importantes son las proteínas, pero también realizan esta función algunos lípidos que se utilizan para construir las membranas celulares y determinadas sales minerales que forman parte del esqueleto.
- Necesidades funcionales y reguladoras: El buen funcionamiento de nuestro organismo requiere, además, otro tipo de nutrientes, como las vitaminas y algunas sales minerales, responsables, en gran medida, de que las reacciones metabólicas transcurran adecuadamente, los órganos funcionen con normalidad, exista una buena coordinación de todo el organismo y, en definitiva, se lleven a cabo correctamente todos los procesos vitales.
4. ¿Qué ocurre si no nos alimentamos correctamente?
- Obesidad: Consiste en el acúmulo excesivo de grasa corporal que se produce cuando el consumo de alimentos energéticos, fundamentalmente de glúcidos y lípidos, es superior a las necesidades nutricionales.
- Enfermedades del aparato circulatorio: Incluyen dolencias muy graves, como el infarto o la trombosis, provocadas con frecuencia por un exceso de colesterol, que se deposita en las paredes internas de las arterias e impide el paso de la sangre.
- Cáncer: Existe una estrecha relación entre ciertos tipos de cáncer del aparato digestivo, como el de colon, y la alimentación.
- Enfermedades carenciales: Se producen por la falta de algún nutriente concreto. Las más conocidas son:
– Anemia: Consiste en un déficit de hemoglobina en la sangre, debido a varias causas, aunque la más usual es la falta de hierro necesario para formarla.
– Bocio: Consiste en un aumento apreciable del tamaño de la glándula tiroides, que trata de compensar así la deficiente producción de tiroxina, una hormona fabricada en esa glándula.
– Hipovitaminosis: Son causadas por la carencia de alguna vitamina.
- Bulimia: Es una enfermedad caracterizada por episodios recurrentes de ingestión excesiva de alimento, que provocan en los enfermos sentimiento de culpa y autorrechazo. Esto les lleva a adoptar comportamientos compensatorios para evitar el aumento de peso, como el vómito provocado, el ejercicio físico excesivo y el consumo de laxantes y diuréticos. Esta conducta puede ser muy peligrosa y originar complicaciones médicas graves. La persona bulímica suele padecer anorexia nerviosa.