Control Hipofisario de las Hormonas Sexuales
La síntesis de las hormonas sexuales está controlada por la hipófisis, una pequeña glándula que se encuentra en la base del cerebro. Esta glándula fabrica, entre otras sustancias, las gonadotropinas, que son las hormonas estimulantes del testículo en el hombre y del ovario en la mujer. Al llegar la pubertad se produce un incremento en la síntesis y liberación de gonadotropinas hipofisarias. Estas llegan al testículo o al ovario, donde estimulan la producción de las hormonas sexuales que, a su vez, dan lugar a los cambios propios de la pubertad. En la mujer, la secreción de gonadotropinas es cíclica, lo que da lugar a la secreción también cíclica de estrógenos y progesterona y a los ciclos menstruales femeninos.
Por otro lado, tanto estrógenos como andrógenos ejercen el llamado efecto de retroacción negativa, es decir, que estas hormonas son capaces de frenar la producción de gonadotropinas hipofisarias, regulando también ellas mismas la secreción hipofisaria.
Funciones de los Estrógenos
Los estrógenos son responsables de buena parte de los cambios que experimentan las niñas al llegar a la pubertad. Estimulan el crecimiento de la vagina, ovario y trompas de Falopio, así como el desarrollo de las mamas y contribuyen a la distribución de la grasa corporal con contornos femeninos. Participan también en el periodo de crecimiento rápido de la pubertad conocido como estirón puberal. En las mujeres adultas, los estrógenos y la progesterona participan en el mantenimiento de los ciclos menstruales. En la primera fase del ciclo hay proliferación de la mucosa de la vagina y del útero. Al final del ciclo, el cese de la secreción de estrógenos y progesterona provoca la menstruación.
Funciones de los Andrógenos
Durante la pubertad, los andrógenos provocan la transformación del niño en varón adulto. Producen un aumento del tamaño del pene y del escroto, aparición de vello pubiano y aumento rápido de la estatura. Los andrógenos hacen que la piel sea más gruesa y oleosa. Estimulan el crecimiento de la laringe, con el consiguiente cambio en el tono de voz, y favorecen la aparición de la barba y la distribución masculina del vello corporal. Otra consecuencia de la actividad androgénica es el cese del crecimiento de los huesos largos por fusión de las epífisis después del estirón puberal. Los andrógenos, junto con las gonadotropinas, son necesarios para la producción y maduración del esperma. Además, los andrógenos son hormonas anabólicas, es decir, favorecen la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular y son la causa del mayor tamaño muscular del varón con respecto a la mujer.
Mecanismo de Acción de las Hormonas Sexuales
Los tejidos sensibles a los estrógenos, principalmente aparato reproductor femenino, mama e hipófisis, contienen en el interior de sus células una proteína receptora, es decir, una sustancia con capacidad de unirse a los estrógenos que circulan en la sangre. El complejo estrógeno-proteína se traslada al núcleo de la célula, donde se encuentran los genes. Como consecuencia de esta acción, se estimula la síntesis de ácidos nucleicos y proteínas específicas de esos tejidos.
La testosterona actúa de una forma similar, sin embargo, antes de unirse a su receptor, las células de la mayoría de los tejidos sensibles a los andrógenos la transforman ligeramente, convirtiéndola en una sustancia parecida llamada dihidrotestosterona, que es la que finalmente se une al receptor y pasa al núcleo celular.
Tratamientos con Hormonas Sexuales
Existen diversos preparados farmacéuticos que contienen hormonas sexuales naturales y sintéticas. La forma más común de administración de hormonas femeninas es en comprimidos orales. Recientemente se han comenzado a emplear con gran aceptación los preparados transdérmicos, es decir, que se absorben a través de la piel, ya sea mediante parches o mediante geles. Disponemos también de implantes subcutáneos y de aplicaciones vaginales de estrógenos.
Los andrógenos se administran habitualmente en forma de inyecciones intramusculares cada 2-4 semanas, ya que tienen una duración prolongada. Existen también parches e implantes de testosterona. Hay también comprimidos orales de derivados de testosterona, pero no se recomiendan para el tratamiento sustitutivo de hormona sexual masculina.
Adrenalina: Hormona y Neurotransmisor
La adrenalina (también conocida como epinefrina por su INN) es una hormona y un neurotransmisor.1 Incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata los conductos de aire, y participa en la respuesta lucha o huida del sistema nervioso simpático.2 Químicamente, la adrenalina es una catecolamina, una monoamina producida sólo por las glándulas suprarrenales a partir de los aminoácidos fenilalanina y tirosina.
Hipófisis: La Glándula Maestra
La hipófisis o glándula pituitaria es una glándula endocrina que segrega hormonas encargadas de regular la homeostasis, incluyendo las hormonas trópicas que regulan la función de otras glándulas del sistema endocrino, dependiendo en parte del hipotálamo, el cual a su vez regula la secreción de algunas hormonas. Es una glándula compleja que se aloja en un espacio óseo llamado silla turca del hueso esfenoides, situada en la base del cráneo, en la fosa cerebral media, que conecta con el hipotálamo a través del tallo pituitario o tallo hipofisario.
Partes de la Hipófisis
- Lóbulo anterior o adenohipófisis: procede embriológicamente de un esbozo faríngeo (bolsa de Rathke) y es responsable de la secreción de numerosas hormonas (ver más adelante).
- Hipófisis media o pars intermedia: produce dos polipéptidos llamados melanotropinas u hormonas estimulantes de los melanocitos, que inducen el aumento de la síntesis de melanina de las células de la piel.
- Lóbulo posterior o neurohipófisis: procedente de la evaginación del piso del tercer ventrículo del diencéfalo, al cual se le conoce con el nombre de infundíbulo, queda unido a través del tallo hipofisario; almacena a las hormonas ADH y oxitocina secretadas por las fibras amielínicas de los núcleos supraópticos y paraventriculares de las neuronas del hipotálamo.
Hipotálamo: Centro de Control Neuroendocrino
El hipotálamo es una glándula endocrina que forma parte del diencéfalo, y se sitúa por debajo del tálamo.1 Libera al menos nueve hormonas que actúan como inhibidoras o estimulantes en la secreción de otras hormonas en la adenohipófisis, por lo que se puede decir que trabaja en conjunto con esta. Suele considerarse el centro integrador del sistema nervioso vegetativo (o sistema nervioso autónomo), dentro del sistema nervioso periférico. También se encarga de realizar funciones de integración somato-vegetativa. En conjunto con la hipófisis, realiza la homeostasis del organismo, por medio de un sistema de realimentación negativa.