Bases Anatómicas del Sistema Cardiovascular y Respiratorio: Estructura y Fisiología

Bases Anatómicas

1. Sistema Cardiovascular

El sistema cardiovascular está formado por el corazón, que es un dispositivo muscular de bombeo, y un sistema cerrado de vasos, llamados arterias, venas y capilares. Este sistema permite el bombeo y la distribución de la sangre. El sistema cardiovascular puede compararse a un sistema hidrodinámico, como podría ser un sistema de regadío. Para que la sangre alcance a todos y a cada uno de los órganos en relación con sus necesidades individuales, dos mecanismos son fundamentales: sistema de bombeo y sistema de canalización.

1.1. El Corazón

El corazón es un sistema de bombeo cíclico que consta de dos bombas anatómicamente en paralelo, pero funcionalmente en serie, lo que significa que ambas deben expulsar la misma cantidad de sangre en un determinado tiempo. Estas bombas son cuatro cavidades, situado en el mediastino, o región media del tórax, detrás del esternón y delante de la columna vertebral. Por esto se puede comprimir. Está situado en la cavidad torácica, detrás del esternón, entre los dos pulmones y ligeramente desplazado hacia el lado izquierdo. El corazón tiene su propia envoltura, un saco inextensible, laxamente ajustado y denominado pericardio. El pericardio consta de dos partes: una fibra y otra serosa. El saco está formado por un tejido fibroso, revestido por una serosa lisa y húmeda. Este saco fibroso, con su revestimiento liso, bien lubricado, protege frente a la fricción.

1.1.1. Estructura del corazón

La pared cardiaca está formada por tres capas distintas de tejido, tanto en las aurículas como en los ventrículos.

  1. Epicardio: Es la capa más externa. Corresponde a la parte serosa del pericardio.
  2. Miocardio: Es la capa media, gruesa y contráctil.
  3. Endocardio: Es el recubrimiento interno de tejido endotelial.
1.1.2. Cavidades cardiacas

El corazón posee cuatro cámaras. Las dos cámaras superiores son las aurículas (atrios) y las dos inferiores los ventrículos (Tortora, 2013, p. 761). Las cavidades izquierdas están separadas de las derechas por una prolongación de la pared cardiaca llamada septo o tabique.

  1. Aurículas: Son cavidades receptoras porque reciben la sangre procedente de las venas. La aurícula izquierda está comunicada con el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral (bicúspide). La aurícula derecha está comunicada con el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide.
  2. Ventrículos: Reciben la sangre de las aurículas y la bombean fuera del corazón. El miocardio en los ventrículos es más grueso que en las aurículas. En el ventrículo izquierdo el miocardio tiene mayor espesor que en el derecho, ya que el primero empuja la sangre a la mayoría de los vasos del cuerpo, mientras que el segundo sólo lo hace a los vasos que riegan los tejidos de intercambio de gases de los pulmones.
  3. Válvulas cardiacas: Son dispositivos mecánicos que permiten que la sangre pase en una sola dirección. Cuatro conjuntos de válvulas contribuyen a la función cardíaca normal. Dos de ellos son válvulas auriculoventriculares (AV), que protegen la abertura entre los ventrículos y el ventrículo (abertura auriculoventricular). Estas válvulas también se llaman válvulas cúspideas. Las otras dos son la válvula semilunar (SL), ubicada entre la aorta y la arteria pulmonar a partir de los ventrículos izquierdo y derecho, respectivamente.
1.1.3. Riego sanguíneo del tejido cardiaco
  1. Arterias coronarias: Las células miocárdicas reciben sangre por dos pequeños vasos, la arteria coronaria derecha e izquierda. Dado que los orificios de estos vasos están situados detrás de las valvas de la válvula semilunar aórtica, nacen de la aorta en su mismo origen y son sus primeras ramas. A nivel práctico el conocimiento de la distribución de las ramas de las arterias coronarias tiene la mayor importancia ya que su trabajo incide y repercute de manera directa en el trabajo que realiza el corazón, por lo que debemos de conocer que:
    • Ambos ventrículos reciben el riego de ramas de las arterias coronarias derecha e izquierda.
    • Por el contrario, las aurículas sólo reciben sangre de una pequeña rama de la correspondiente arteria coronaria.
    • El riego sanguíneo más abundante va a parar al miocardio del ventrículo izquierdo; una cantidad adecuada, ya que este ventrículo realiza la mayor parte del trabajo, por lo que necesita recibir la mayor parte del oxígeno y de los nutrientes.
    • La arteria coronaria derecha domina en aproximadamente el 50% de todos los corazones, mientras que la arteria izquierda lo hace en aproximadamente el 20%, y en el 30% no domina una ni otra.
    Otro hecho con importancia vital acerca de la perfusión miocárdica es que sólo existen algunas conexiones o anastomosis entre ramas mayores de las arterias coronarias.

Una anastomosis es una o más ramas de la parte proximal de una arteria que van a una parte más distal de esa misma arteria o de otra. Las anastomosis suponen desvíos por los que la sangre arterial puede circular si se obstruye la vía principal. En resumen, ofrecen circulación colateral a una zona. Ello explica por qué la escasez de anastomosis entre los grandes vasos coronarios constituye una amenaza tan seria para la vida, pudiendo entrar en isquemia si existiese un posible coágulo. Al carecer de oxígeno, la función metabólica se altera, amenazando la supervivencia celular, produciéndose de esta manera un infarto de miocardio.

  1. Venas cardiacas: Cuando la sangre ha atravesado los lechos capilares del miocardio, penetra en una serie de venas cardíacas antes de desembocar en la aurícula derecha por un conducto venoso común denominado seno coronario. Varias venas que recogen la sangre de una pequeña zona del ventrículo derecho no terminan en el seno coronario, sino que drenan directamente en la aurícula derecho. Como norma, las venas cardíacas siguen un curso estrechamente paralelo al de las arterias coronarias.

1.2. Vasos Sanguíneos

  1. Arterias: Son vasos que transportan la sangre y la alejan del corazón. Las arterias elásticas son las más grandes del cuerpo. Pueden distenderse sin lesionarse para acoger el flujo de sangre que les llega cuando el corazón se contrae y posteriormente se retrae. Las arterias musculares o de distribución alejan la sangre del corazón hacia los órganos y regiones específicas del cuerpo. Las arteriolas o vasos de resistencia son vasos de menor calibre que regulan el flujo sanguíneo corporal.
  2. Capilares: Son vasos sanguíneos microscópicos que transportan sangre desde las arteriolas hasta las vénulas. El flujo sanguíneo a través de pequeñas arterias, capilares y pequeñas venas se llama microcirculación. Su función es tan importante que no hay células alejadas de los capilares, porque aquí es donde se produce la principal transferencia o intercambio de nutrientes y otras sustancias importantes entre la sangre y las células. Esta transferencia se realiza gracias a la presión hidrostática capilar que favorece el movimiento de salida desde los capilares y depende de las presiones arterial y venosa generadas por el corazón.
  3. Venas: Es un vaso que lleva sangre hacia el corazón. Las primeras estructuras venosas son vasos de pequeño calibre denominadas vénulas.
1.2.1. Estructura de los vasos sanguíneos

Las paredes de arterias y venas presentan tres capas separadas, denominadas túnica adventicia, túnica media y túnica íntima. Estas capas se disponen de manera secuencial desde fuera al interior o superficie luminal del vaso. Al ir disminuyendo en diámetro de los vasos, el espesor relativo de sus paredes también disminuye. Independientemente del grosor de las diversas capas, presentan cuatro tipos de “ladrillos” tisulares: células endoteliales de revestimiento; fibras de colágeno; fibras elásticas y músculo liso.

1.3. Fisiología Del Sistema Cardiovascular

Las cuatro cámaras del corazón y sus válvulas constituyen dos bombas: una derecha y otra izquierda. La bomba izquierda permite mover la sangre por la circulación sistémica, mientras que la derecha lo hace por la pulmonar, y la circulación se puede definir en general como una serie de circuitos.

1.3.1. Ciclo cardiaco

El término ciclo cardíaco se refiere a un latido cardíaco completo o ciclo de bombeo, que incluye la contracción (sístole) y la relajación (diástole) de las aurículas y los ventrículos. Las aurículas se contraen simultáneamente. Luego, cuando se relajan, los dos ventrículos se contraen y relajan, en lugar de que todo el corazón se contraiga como un todo. Esto trae un efecto de bombeo al movimiento del corazón. Las aurículas permanecen relajadas durante la relajación ventricular parcial, y luego el ciclo comienza nuevamente. El ciclo completo sería el siguiente:

  1. Sístole auricular: La fuerza contráctil de las aurículas termina el vaciamiento de la sangre de estas a los ventrículos. Las válvulas auriculoventriculares (AV o cúspides) están necesariamente abiertas durante esta fase; los ventrículos están relajados, llenándose de sangre. Las válvulas semilunares (SL) están cerradas, la sangre no vuelve a entrar desde la arteria pulmonar o la aorta. Desde aquí se expulsa la sangre y de esta manera se llena el ventrículo derecho.
  2. Contracción ventricular isovolumétrica: Esto es una forma de composición que significa igualdad y volumétrico alude a la mediación del volumen. Isovolumétrico significa “mismo volumen”. Durante la contracción ventricular isométrica, es decir, entre el comienzo de la sístole ventricular y la apertura de las válvulas SL, el volumen ventricular permanece constante o uniforme, mientras que la presión aumenta rápidamente. Y desde aquí se manda la sangre al sistema circulatorio menor o pulmonar (Eyección).
  3. Eyección: Cuando el gradiente de presión en los ventrículos supera la presión arterial pulmonar y en la aorta, las válvulas SL se abren y la sangre es expulsada del corazón. Una fase inicial, más corta, denominada eyección rápida, se caracteriza por un marcado aumento de la presión ventricular y aórtica, así como el flujo aórtico. Es importante observar que una importante cantidad de sangre, llamada volumen residual, suele permanecer en los ventrículos al final del periodo de eyección. En la insuficiencia cardiaca, el volumen residual que queda en los ventrículos puede superar considerablemente el expulsado durante la sístole.
  4. Relajación ventricular isovolumétrica: La diástole, o relajación ventricular, se inicia en este periodo del ciclo cardiaco. Es el periodo entre el cierre de las válvulas SL y la apertura de las válvulas AV. Al finalizar la eyección ventricular, las válvulas SL se cerrarán, de modo que la sangre ya no puede volver a entrar en las cavidades ventriculares desde los grandes vasos. Las válvulas AV no se abrirán hasta que la presión en las aurículas aumente por encima de la de los ventrículos relajados. El resultado es un descenso espectacular de la presión intraventricular, pero sin cambios en el volumen. Ambos juegos de válvulas están cerrados o los ventrículos relajados, llenándose la aurícula izquierda de sangre procedente de la circulación pulmonar.
  5. Eyección: Aquí se produce el llenado ventricular de manera pasiva y una posterior sístole ventricular izquierda, produciéndose el envío de la sangre a todo el organismo.
1.3.2. Retorno venoso al corazón

El término retorno venoso se refiere a la cantidad de sangre que regresa al corazón a través de las venas. Un hecho importante que estimula el retorno de la sangre venosa al corazón es el efecto de bombeo de sangre causado por la respiración y la contracción del músculo esquelético. Diversos factores influyen sobre este retorno, incluida la acción de reservorio de las venas, que empieza a actuar siempre que la presión arterial disminuye y que la elasticidad de las paredes venosas adapta su diámetro a la menor presión, de forma que se mantenga el flujo de sangre y el retorno venoso hacia el corazón. Del mismo modo, cuando se producen un aumento de la presión arterial, la naturaleza elástica de los vasos permite que se expandan y se adapten a la mayor presión para mantener el flujo normal. Este efecto, que se produce en todos los vasos en cierta medida, se llama efecto de estrés-relajación.

Otro factor que influye en el retorno venoso es la gravedad. Como la sangre venosa tiene una baja presión y las paredes venosas son distensibles (se distienden con facilidad), resulta fácil para la fuerza de la gravedad operar en contra del retorno venoso hacia el corazón, y permitir que parte de la sangre siga en las venas de los miembros. Este desplazamiento del reservorio de sangre hacia las venas de las piernas en bipedestación se suele llamar efecto ortostático porque ortostasis significa “permanecer de pie”. Otro factor que contribuye a vencer la fuerza de la gravedad es la actividad de las bombas venosas que mantienen el gradiente de presión necesario para conseguir que la sangre entre a las venas centrales (venas cavas) y desde ellas a las aurículas cardiacas. Las modificaciones en el volumen total de sangre también pueden modificar el retorno venoso. Las contracciones de los músculos esqueléticos actúan como “bomba reforzadora” del corazón. Funciona de la siguiente manera: cuando se contrae el músculo cardiaco, exprime las venas distribuidas por su interior, empujando así la sangre hacia el corazón. En las venas existen una válvulas antirretorno (válvulas semilunares) que al cerrarse impiden que la sangre retroceda al relajarse el musculo. El efecto conjunto de la contracción del musculo y de las válvulas semilunares hace mover la sangre hacia el corazón e incrementar el retorno venoso.

1.3.3. Sistema de canalización

La sangre bombeada por el corazón es enviada a los diferentes órganos mediante un sistema de canalización. Sólo existen dos vasos de salida, y cada uno de los vasos de salida presenta diferentes ramas. Podemos diferenciar la circulación sistémica, que es la circulación de la sangre desde el ventrículo izquierdo, salida por la arteria aorta ascendente, hacia todo el cuerpo excepto los pulmones. Desde aquí fluye a las arterias, que la transportan a los diversos órganos y tejidos. En cada estructura, la sangre se mueve desde las arterias a las arteriolas y a los capilares. Ahí tiene lugar el intercambio entre la sangre y las células. Por eso los capilares no tienen capa muscular para favorecer el intercambio gaseoso y nutrición (Minuchin, 2008, p. 86). Esta es la que conocemos como circulación mayor. Posteriormente, la sangre abandona los órganos a través de las vénulas y luego por las venas para drenar finalmente, el corazón recibe por la aurícula derecha a través de la vena cava superior.

La aurícula derecha expulsa la sangre al ventrículo derecho. El ventrículo derecho a través de la vena pulmonar envía la sangre hacia los pulmones (circulación pulmonar), donde se produce el intercambio gaseoso a través de los alvéolos. Después a través de la arteria pulmonar la sangre vuelve al corazón por la aurícula izquierda, esto es lo que conocemos como circulación menor. Después la aurícula izquierda expulsa la sangre hacia el ventrículo izquierdo y el ciclo vuelve a empezar.

1.3.4. Efectos del entrenamiento sobre el sistema cardiovascular

Cuando el sistema cardiovascular se ve enfrentado de manera repetida a una determinada carga, representada por un entrenamiento diario correctamente planificado, consiguen modificarse de forma estable para mejorar su acción frente a un estímulo continuo.

  1. Tamaño del corazón: El entrenamiento de resistencia provoca una modificación en las estructuras del musculo cardiaco. El efecto de entrenamiento de resistencia se refleja principalmente mediante el incremento de peso y del volumen del corazón y el aumento del grosor de la pared del ventrículo izquierdo. Esta situación conocida como “corazón de deportista”, es posible ya que el miocardio está compuesto por fibras musculares que pueden hipertrofiarse.
  2. Frecuencia cardiaca: La frecuencia cardiaca es un índice que sirve para diagnosticar el trabajo del corazón. El entrenamiento tiene una notable influencia sobre el ritmo cardiaco y por tanto es un regulador o dosificador de su función. Las cargas anaeróbicas repetidas, provocan una reducción del ritmo cardiaco en reposo, de manera que un sujeto no entrenado podrá reducir una pulsación con cada semana que entrene por medio de ejercicios orientados a la resistencia de larga duración. Parece que esta disminución del esfuerzo cardiaco puede ser debida al incremento en la actividad parasimpática y la reducción en la función simpática, producida por el entrenamiento. Además, las actividades duraderas de mediana intensidad aumentan el volumen sanguíneo y provocan un retorno venoso acentuado que incrementa el volumen sistólico. El corazón podrá lanzar más sangre en cada latido, por lo que, si se mantienen estables las necesidades de oxígeno, para aportar la misma cantidad necesitará latir menos veces por minuto, el corazón se cansará menos para cumplir con el mismo trabajo.
  3. Volumen sistólico: El ejercicio crónico de orientación aeróbica provoca un aumento general en el volumen sistólico del individuo en reposo, durante ejercicios sub máximos y también en actividades de extrema intensidad. El aumento del volumen sistólico como consecuencia de la adaptación al entrenamiento permite que exista mayor cantidad de sangre disponible para entrar en el ventrículo izquierdo. Este aumento de la volemia, unido a la optimización de la capacidad contráctil del corazón como consecuencia de la hipertrofia conseguida en la pared ventricular en sujetos entrenados, permite que el volumen de sangre expulsado en cada contracción se incremente. Este parámetro es muy útil para catalogar el nivel de entrenamiento de una persona.
  4. Gasto cardiaco: El gasto cardiaco es el resultado de sus dos componentes: volumen sistólico y frecuencia cardiaca. Acabamos de ver que el volumen sistólico aumenta en sujetos entrenados y la frecuencia cardiaca disminuye. Por lo tanto, las modificaciones en el gasto cardiaco como consecuencia de un a trabajo físico programado y organizado son consecuencia de esta doble manifestación. En general, y teniendo en cuenta también el tamaño corporal de cada sujeto, a mayor nivel de condición física, más elevado será este factor. Tanto en reposo, como durante ejercicios sub máximos que se realizan a una intensidad estable, el gasto cardíaco no se modifica como consecuencia del ejercicio crónico de resistencia. Incluso se ha descrito que durante ejercicios sub máximos el gasto cardíaco pueda llegar a descender como consecuencia de la optimización en el aprovechamiento de oxígeno en la sangre transportada. Esta aptitud denominada “diferencia arterio-venosa de oxígeno”, se mejora con el entrenamiento de resistencia. Durante el ejercicio realizado a máxima intensidad, el deportista entrenado es capaz de disponer de un mayor gasto cardiaco debido al incremento en el volumen sistólico puesto que la frecuencia cardiaca se modifica levemente.
  5. Volumen sanguíneo: El sujeto que participa en un programa de entrenamiento verá incrementado su volumen sanguíneo como consecuencia de los siguientes factores:
    • El ejercicio aumenta la liberación de la hormona antidiurética y de aldosterona, provocando que los riñones retengan más agua y consecuentemente que se aumente el plasma en sangre.
    • El propio ejercicio incrementa la presencia de proteínas como la albumina en sangre. La consecuencia directa es el incremento de la presión osmótica de la sangre y por tanto de la retención de líquidos.
    El volumen sanguíneo también se podría estar incrementado como consecuencia de la mayor presencia de glóbulos rojos provocada por el entrenamiento. Si el volumen de glóbulos rojos se incrementa, entonces el volumen del plasma lo hace todavía más, provocando un descenso del hematocrito. En un deportista habituado al entrenamiento de resistencia la cantidad de glóbulos rojos es muy superior y por tanto el volumen plasmático también mayor. Esto provoca que, en un deportista entrenado en resistencia, el hematocrito pueda reducirse hasta niveles teóricamente alarmantes. Esta situación denominada pseudoanemia del deportista, es una típica adaptación a las cargas de régimen aeróbico. La relación entre el contenido celular y el plasmático de la sangre es una ventaja para el funcionamiento cardiovascular general. En estas condiciones se reduce la viscosidad de la sangre, con lo que se mejora la movilidad de este fluido por los vasos sanguíneos y se optimiza el aporte de oxígeno a los músculos activos. El incremento del volumen plasmático que conlleva un incremento en el volumen sanguíneo hace que el corazón disponga de más sangre y lógicamente se incrementa el volumen sistólico. Este último parámetro permite el incrementar el VO2. Esta consecuencia también sucede a la inversa de forma que el desentrenamiento disminuye el volumen de plasma y a su vez desciende el volumen sistólico, provocándose el deterioro en el VO2.
  6. Flujo sanguíneo: El musculo entrenado es capaz de incrementar con gran destreza la cantidad de sangre que recibe, con el propósito de poder hacer frente a las necesidades de oxígeno y nutrientes que se derivan del ejercicio. Esta capacidad para aumentar el aporte de sangre a los músculos tras un entrenamiento aeróbico es posible por:
    • Una mayor capilarización de los músculos entrenados
    • Una mayor apertura de los capilares activos en los músculos entrenados
    • Una redistribución de mucho más ventajosa
    • Un aumento en el volumen sanguíneo.
    La capilarización de la musculatura es una consecuencia directa del entrenamiento de resistencia. Esta acción se constata observando el número de capilares activos por cada fibra muscular.
  7. Tensión arterial: La tensión arterial durante el ejercicio submáximo y máximo es un parámetro que se altera como consecuencia del nivel de condición física de un sujeto. El entrenamiento sólo afecta al valor de la tensión arterial en reposo, por lo que tanto la tensión arterial sistólica como la tensión arterial diastólica, se reducirán como consecuencia de la aplicación de programas de resistencia.

2. Aparato Respiratorio

Las funciones del sistema respiratorio son la distribución de aire y el intercambio gaseoso para aportar oxígeno (O2) y eliminar dióxido de carbono (CO2) de las células del organismo. De cara a su estudio lo podemos dividir en tracto superior e inferior.

  1. Tracto superior: nariz, faringe y laringe.
  2. Tracto inferior: tráquea, bronquios, alveolos, pulmones y tórax.

2.1. Tracto Superior

  1. Nariz: Está formada por una porción externa y otra interna. La externa, sobresale de la cara, está formada por una estructura ósea y cartilaginosa recubierta de piel con múltiples glándulas sebáceas. La parte interna o cavidad nasal yace por encima del techo de la boca.
    • Funciones: sirve para el paso del aire que se dirige y proviene de los pulmones. El aire que entra por el sistema nasal se filtra de impurezas, se calienta, se humedece y es examinado químicamente para hallar sustancias que puedan irritar el tracto respiratorio.
  2. Faringe: Es la garganta. Se trata de una estructura con forma de tubo de unos 12,5 centímetros de longitud que se extiende desde la base del cráneo al esófago, por delante de las vértebras cervicales.
    • Funciones: sirve de camino común para los tractos respiratorio y digestivo, ya que tanto el aire como los alimentos deben pasar por dicha estructura ante de alcanzar sus destinos respectivos. También interviene en la fonación.
  3. Laringe: Está situada entre la raíz de la lengua y el extremo superior de la tráquea, justo debajo y enfrente de la parte más baja de la faringe. A destacar la epiglotis, que es un pequeño cartílago con forma de hoja que se puede mover arriba y abajo durante la deglución para evitar que la comida o los líquidos penetren en la tráquea.
    • Funciones: su papel en la respiración es importante, ya que constituye parte de la vía aérea hacia los pulmones. Además, protege a la vía aérea de la entrada de solidos o líquidos en la deglución. Sirve también como órgano para la producción de la voz. Aloja a las cuerdas vocales.

2.2. Tracto Inferior

  1. Tráquea: Es un tubo de unos 11 centímetros de longitud que se extiende desde la laringe, en el cuello, hasta los bronquios principales en la cavidad torácica. Tiene un diámetro de unos 2,5 centímetros.
    • Funciones: realiza una función simple pero vital porque proporciona un camino a través del cual el aire puede llegar a los pulmones desde el exterior. Incluso si se bloquea durante unos minutos, puede morir por asfixia.
  2. Bronquios: La tráquea se divide en su extremo inferior en dos bronquios principales, el derecho un poco más largo y vertical que le izquierdo. Cada bronquio entra en el pulmón y se divide inmediatamente en bronquios más pequeños denominados bronquios secundarios. El bronquio principal derecho es más vertical, más corto y ancho que el izquierdo (Tortora, 2013, p. 928). Estos siguen ramificándose, dando lugar a los bronquios terciarios y a los bronquiolos.
    • Funciones: los conductos que forman el árbol bronquial tienen la misma misión que la tráquea, es decir, distribuir el aire al interior de los pulmones.
  3. Alveolos: El bronquiolo se subdivide en tubos cada vez más pequeños, con pequeñas ramas en los extremos, ramificándose en conductos alveolares, varios sacos alveolares en los extremos y alvéolos en las paredes. Los alvéolos son las principales estructuras de intercambio de gases presentes en el tracto respiratorio. Están recubiertos por células epiteliales tipo I y tipo II.
    • Funciones: llevan a cabo la función primordial del pulmón, el intercambio de gases entre el aire y la sangre.
  4. Pulmones: Son órganos cónicos que llenan completamente el espacio pleural contenido en la cavidad torácica. Se extienden desde el diafragma hasta un poco por encima de la clavícula, ubicada en los lados anterior y posterior de la caja torácica. Su superficie medial es cóncava para acomodar estructuras ubicadas en el mediastino, como el corazón.
    • Funciones: realizan dos funciones, distribución de aire e intercambio de gases. La distribución es a través de los conductos del árbol bronquial. El intercambio de gases entre el aire y la sangre se lleva a cabo por los alvéolos y los capilares que los rodean.
  5. Tórax: La cavidad torácica se divide en tres partes, cada parte está separada por la extensión de la pleura. El área que alberga los pulmones es la cavidad pleural. El espacio entre los pulmones está ocupado por el esófago, la tráquea, los vasos sanguíneos grandes y el corazón, es lo que se denomina mediastino.

La pleura parietal tapiza por completo la cavidad torácica. Esta firmemente adherida a la superficie interna de las costillas y a la cara superior del diafragma y divide diferentes zonas del mediastino. Cada pulmón está encerrado dentro de un saco pleural independiente. La superficie externa de los pulmones se encuentra tapizada por la pleura visceral, separada de la pleura parietal por un espacio virtual (espacio pleural) que contiene el mínimo líquido necesario para la lubricación entre ellas. Por ello, cuando los pulmones se llenan de aire, la pleura visceral se junta con la parietal, ambas de fino grosor y húmedas, evitándose así la fricción entre las mismas y consiguiendo que las respiraciones no duelan. Por el contrario, en la pleuresía o pleuritis, la pleura esta inflamada y la respiración se vuelve dolorosa.

  • Funciones: juega un papel básico en la respiración. Debido a la forma elíptica de las costillas y su ángulo de unión a las vértebras, cuando el tórax sube y desciende, aumenta el tamaño de la cavidad torácica. A medida que el tórax se eleva, las costillas se elevan, lo que las hace más horizontales, y debido a su forma ovalada, la profundidad y el ancho de la cavidad torácica también aumentan. A través de la contracción y la relajación, el músculo del diafragma también juega un papel importante en el tamaño de la cavidad torácica. Se aplana a medida que se contrae, moviendo la parte inferior de la cavidad hacia abajo y aumentando su tamaño. Cuando se relaja, restaurará su forma de bóveda, reduciendo así la cavidad. Estos cambios en el tamaño del pecho permiten respirar.

2.3. Fisiología Respiratoria

Funcionalmente, el sistema respiratorio se compone de un grupo de procesos regulados entre sí.

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