El ADN, que posee 4 nucleótidos, es la molécula portadora de la información genética, como demostró el experimento de Frederick Griffith al inyectar diferentes cepas de bacterias en ratones. Fue aislada por primera vez por Friedrich Miescher en 1869. Al encontrarse únicamente en los núcleos de las células, se la denominó nucleína (molécula ácida) y más tarde se denominó Ácido Desoxirribonucleico.
Descubrimientos clave
En 1885, Albert Kossel aisló el ADN de las proteínas asociadas, determinando los nucleótidos. Se supuso que las encargadas de eso serían las proteínas por ser más complejas. La información genética del ADN está codificada en la secuencia de bases nitrogenadas. El flujo de información constituye el Dogma Central de la biología molecular.
Transcripción e información genética
La transcripción inversa es un proceso clave, como en el caso del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). La replicación del ARN vírico es llevada a cabo por las enzimas replicasas. La replicación en procariotas sigue la hipótesis semiconservativa y requiere de enzimas como las ADN polimerasas, ARN polimerasas, topoisomerasas y girasas.
Transcripción y células eucariotas
La transcripción en procariotas se lleva a cabo bajo el control de una sola ARN pol. En células eucariotas, existen 3 clases de ARN polimerasas que intervienen en diferentes procesos de síntesis.
Traducción y mutaciones
El código genético establece la correspondencia entre grupos de tres nucleótidos consecutivos de la cadena de ARNm y un aminoácido clave. Las mutaciones pueden ser puntuales, cromosómicas o genómicas, y son responsables de la variabilidad genética.
Agentes mutágenos y cromosomas
Los agentes mutágenos pueden ser físicos, químicos o biológicos. Los cromosomas, presentes en células eucariotas, son el resultado de la compactación creciente de la cromatina, formada por ADN y varios tipos de proteínas.