Anatomía y Fisiología del Sistema Auditivo Humano

El Sistema Auditivo Humano

Oído Externo

El oído externo consta de dos partes principales:

  • Oreja: La parte visible del oído. Su tamaño se ha relacionado con la disipación de calor y posee propiedades acústicas que modifican el sonido antes de que llegue al oído medio, amplificando algunas frecuencias y reduciendo otras. Su forma y movilidad son fundamentales para la localización del sonido. Actúa como un megáfono, enfocando y captando las ondas sonoras.
  • Canal Auditivo: Conducto que conecta la oreja con el tímpano. En un adulto, mide entre 2.5 y 2.9 cm de longitud y entre 0.5 y 0.9 cm de diámetro. Físicamente, se comporta como un tubo abierto en la oreja y cerrado en el tímpano, aumentando la presión del sonido sobre este.

Oído Medio

El oído medio contiene la cadena de huesecillos, los huesos más pequeños del cuerpo: martillo, yunque y estribo. Estos conectan el tímpano con la ventana oval, una abertura del oído interno. Pequeños desplazamientos del tímpano mueven la cadena, amplificando la presión del sonido para estimular el oído interno.

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Importancia de los Huesecillos

La transmisión del sonido del aire al líquido del oído interno es compleja. Los huesecillos amplifican la presión en la ventana oval, permitiendo la estimulación del oído interno. Además, músculos asociados al martillo y al estribo atenúan la transmisión de sonidos intensos, protegiendo las células receptoras del oído interno.

La función principal del oído medio es optimizar la transferencia de energía de la onda sonora del aire al líquido del oído interno (endolinfa).

Oído Interno

En el oído interno, el sonido se transforma en actividad neural. La parte auditiva reside en la cóclea, una estructura enrollada dentro del hueso temporal. En un adulto, mide 4 mm de diámetro y, desenrollada, alcanzaría los 40 mm.

El oído interno contiene dos sistemas sensoriales:

  • Sistema Vestibular: Responde a movimientos angulares y se relaciona con la orientación y el equilibrio.
  • Sistema Auditivo Interno: Transforma las vibraciones mecánicas en actividad eléctrica, discriminando sus características, como frecuencia y amplitud.

Cóclea

La cóclea es un tubo enroscado en forma de caracol con dos vueltas y media. Contiene tres cámaras longitudinales llenas de fluido. Su sección disminuye desde la base (cerca de la ventana oval, 4 mm²) hasta el ápice (1 mm²).

Sobre la membrana basilar se encuentra el órgano de Corti, que contiene las células sensoriales o células ciliadas. Hay dos grupos: una hilera de células ciliadas internas y tres de externas. El movimiento de la endolinfa hace oscilar la membrana tectorial, rozando los cilios de los receptores y activándolos. La cóclea actúa como un analizador de frecuencias, donde diferentes frecuencias activan distintas células ciliadas. Las frecuencias más altas estimulan las células en la base (cerca del oído medio), y las más bajas, las del ápice.

Presbiacusia

La presbiacusia es la pérdida auditiva asociada a la edad, que afecta a un tercio de la población entre 65 y 75 años. Se da para frecuencias altas y suele ocurrir en ambos oídos.

Vía Auditiva

La vía auditiva comienza en las células del ganglio de Corti en la cóclea. Los impulsos viajan por el nervio auditivo (VIII par craneal) hasta los núcleos cocleares y el núcleo olivar inferior en el bulbo raquídeo. Luego, se proyectan al colículo inferior en el mesencéfalo, a los cuerpos geniculados en el tálamo y, finalmente, a la corteza auditiva primaria en el lóbulo temporal.

Debido al entrecruzamiento de fibras, cada oído envía impulsos a ambas cortezas temporales. El haz de Rasmussen, desde los núcleos del tronco, contrae los músculos del martillo y del estribo para proteger el oído de sonidos intensos.

Sistema Vestibular

El sistema vestibular informa al cerebro sobre la gravedad y la aceleración. Se encuentra en el oído interno y consta de tres conductos semicirculares llenos de líquido, el utrículo y el sáculo. Los receptores son células ciliadas cuya inclinación estimula las células nerviosas.

En los conductos semicirculares, las células ciliadas están en la ampolla, donde los cilios se encuentran dentro de una masa gelatinosa. Cada conducto detecta la aceleración angular en una dirección. Los receptores del sáculo y utrículo responden a posiciones estáticas de la cabeza.

Receptores Vestibulares

  • Conductos semicirculares: Detectan movimientos angulares (rotación).
  • Sistema otolítico (utrículo y sáculo): Detectan movimientos lineales (verticales y horizontales).

Conexiones Centrales

Las aferencias vestibulares terminan en cuatro núcleos del tronco cerebral. El núcleo vestibular superior y medial reciben fibras de los conductos semicirculares y se proyectan a los núcleos oculomotores, interviniendo en el reflejo óculo-vestibular.

Reflejo Óculo-Vestibular

Este reflejo mantiene el campo visual estable durante la rotación de la cabeza. Al rotar la cabeza, los ojos se desvían lentamente en sentido opuesto hasta su límite, donde un movimiento rápido los devuelve a la posición inicial.

El núcleo vestibular lateral e inferior reciben fibras del utrículo y sáculo. El núcleo lateral origina el haz vestíbulo-espinal lateral, que inerva las motoneuronas de los miembros, interviniendo en el reflejo vestíbulo-espinal.

Los reflejos vestíbulo-cervical y vestíbulo-espinal permiten movimientos compensatorios de cabeza, tronco y miembros durante la rotación, manteniendo la cabeza erguida.

Representación Cortical del Sistema Vestibular

Las aferencias vestibulares llegan a la corteza cerebral a través del tálamo, terminando en la corteza parietal, en el área somatosensorial primaria (SI) y secundaria (SII).

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