1. Características Generales de la Reproducción Vegetal
La reproducción es el proceso de formación de un nuevo organismo a partir de otros preexistentes. Los nuevos organismos son iguales o muy semejantes a los progenitores. En la reproducción de las plantas, las células tienen que desplazarse y los descendientes deben alejarse de los progenitores para evitar la competencia. Las plantas utilizan mecanismos de transporte externos para llevar a cabo la reproducción. Las variedades de mecanismos reproductores de las plantas se agrupan en reproducción sexual y asexual.
2. Reproducción Asexual
En la reproducción asexual, las nuevas plantas se forman a partir de una o varias células de un solo progenitor. Al no existir intercambio de material genético, las nuevas plantas tienen características idénticas a las del progenitor, siempre que no se registren mutaciones. Las ventajas son la rapidez del proceso y el gran número de descendientes que se producen. Un gran inconveniente es la variación genética, que es prácticamente nula, por lo que un cambio externo negativo podría acabar con toda la población.
En la reproducción asexual en las plantas se pueden distinguir dos modalidades: multiplicación vegetativa y esporulación.
Multiplicación Vegetativa
Tiene lugar gracias a la presencia de células meristemáticas en algunas zonas, que mantienen su capacidad de división y de especialización. Puede ser por gemación o fragmentación.
Gemación
Es un tipo de multiplicación vegetativa en la que algunas células se dividen activamente construyendo yemas unidas al progenitor. En las plantas inferiores, las yemas se llaman págulos y se independizan. En las plantas superiores, producen nuevas ramas laterales.
Fragmentación
El progenitor se divide espontáneamente en dos o más fragmentos, cada uno de los cuales forma un nuevo individuo. Hay tres tipos:
- Por rizomas: tallos alargados horizontalmente que, en sus yemas, dan lugar a tallos y nuevas raíces.
- Por tubérculos: rizomas engrosados que se independizan al morir la madre; sus yemas pueden desarrollar una nueva planta.
- Por tallos traseros: crecen de la planta y, al tocar el suelo, desarrollan raíces y una nueva planta.
Esporulación
La esporulación consiste en la formación de esporas, células sexuales capaces de originar un nuevo individuo sin necesidad de unirse a otra célula. Se desarrollan en el interior de unos órganos de las plantas denominados esporangios. La mayor ventaja es su capacidad de dispersión geográfica, conquistando nuevos territorios por el agua y siendo transportadas por los animales y el viento. La esporulación en las plantas solo es parte de un ciclo diplonte más complejo en el que también interviene la reproducción sexual.
3. Reproducción Sexual
En este caso, las plantas hijas se forman a partir de dos células especializadas, llamadas gametos, que han de fusionarse en el proceso de la fecundación para producir una célula huevo o cigoto, cuyo desarrollo posterior da lugar a la nueva planta. Los gametos se forman en los gametangios:
- Los masculinos o anterozoides se forman en los anteridios (pequeños y fragmentados).
- Los femeninos o oóforos se forman en los arquegonios (grandes e inmóviles).
Angiospermas
- El pedúnculo floral, por el que la flor se une al tallo.
- El receptáculo floral, un ensanchamiento del pedúnculo de donde salen las demás piezas o verticilos florales: cáliz, corola, androceo y gineceo.
- El cáliz está compuesto por unas hojitas llamadas sépalos, cuya función es protectora.
- La corola tiene función protectora y de reclamo para los insectos polinizadores. Está constituida por unas hojas de colores denominadas pétalos. Forma, junto con el cáliz, el periantio.
- El androceo, o aparato reproductor masculino, consiste en un conjunto de estambres, cada uno con un filamento que se ensancha en su parte terminal constituyendo una antera.
- El gineceo, o aparato reproductor femenino, está compuesto por uno o varios carpelos cerrados en forma de botella que presentan una parte basal ensanchada, el ovario, que se prolonga en el cuello llamado estilo, el cual se abre por el estigma.
- El ovario contiene en su interior uno o varios primordios seminales u ovarios, que se unen a él por un corto pedúnculo, el funículo. La región del ovario donde se inserta el óvulo o los óvulos se denomina placenta.
Formación del Grano de Polen
- La antera se halla dividida en dos tecas, cada una de las cuales contiene dos sacos polínicos donde se hallan las células madres del polen.
- Cada célula madre origina por meiosis cuatro microsporas que se recubren de una doble pared: una externa, gruesa y resistente (exina), y otra interna, fina y delicada (intina).
- El núcleo de la microspora sufre una mitosis que da lugar a un núcleo vegetativo y a otro espermático. Este vuelve a dividirse por mitosis en dos núcleos espermáticos. El resultado es un grano de polen con tres núcleos haploides: el vegetativo y los dos espermáticos.
- Cada óvulo está protegido por dos tegumentos, la primina y la secundina, que rodean su superficie casi por completo, a excepción de una pequeña abertura llamada micrópilo.
- El interior del óvulo está formado por la nucela, que es el verdadero macrosporangio, ya que en él se encuentra la célula madre del saco embrionario.
- La célula madre del saco embrionario origina por meiosis cuatro células hijas haploides que se disponen en fila. Tres de ellas degeneran, y la más cercana al micropilo se convierte en el saco embrionario, que crece considerablemente y cuyo núcleo sufre tres mitosis sucesivas, lo que da como resultado ocho núcleos haploides.
- Tres de estos núcleos se aislan como células, se aproximan al micropilo y forman el aparato ovular, que consta de la oósfera, en posición central, y de las sinérgidas, a ambos lados de la oósfera.
- Otros tres núcleos, aislados también como células, se sitúan en el extremo opuesto. Ello da origen a las antípodas.
- Los dos núcleos restantes se fusionan y constituyen un núcleo diploide, llamado núcleo secundario, que se sitúa en el centro.