Ciclo reproductivo de las plantas
En el ovario se encuentran uno o más óvulos y en el interior de cada óvulo hay una célula madre de la megaspora (diploide) que tras la meiosis, origina cuatro megasporas (haploides); tres de ellas degeneran y sólo una sigue creciendo. Va a experimentar tres divisiones mitóticas, de modo que se originan ocho núcleos que, en conjunto forman el saco embrionario o gametofito femenino (n). De los ocho núcleos, uno será el gameto femenino u oosfera (n) y otros dos unidos constituyen el núcleo secundario (2n) y el resto recibe distintos nombres (sinérgidas y antípodas, ver figura adjunta). En total en el saco embrionario o gametofito femenino se forman siete células. Por su parte cada uno de los cuatro sacos polínicos de las anteras hay cientos de miles de células madre del polen (2n), cada una de las cuales, mediante la meiosis, origina cuatro microsporas haploides (n). Estas microsporas al crecer dan lugar a los granos de polen que constituyen los gametofitos masculinos (n). El grano de polen contiene dos núcleos, uno es el núcleo vegetativo o núcleo del tubo polínico y el otro es el núcleo generativo o germinativo. Este núcleo generativo se dividirá y formará los dos gametos masculinos o núcleos espermáticos (n). Alrededor del grano de polen se desarrolla una cubierta protectora doble de exina e intina que evita la desecación. Cuando el grano de polen llega al estigma, los granos de polen compatibles germinan y la célula vegetativa dirige su alargamiento, de modo que crece y avanza por el estilo y entra en el ovario hasta alcanzar el óvulo. Si el núcleo generativo no se ha dividido, lo hace ahora y forma dos gametos masculinos (células espermáticas). Un núcleo espermático (n) se fusiona con el núcleo de la oosfera (n), y el cigoto resultante origina el embrión de la semilla (2n). El segundo núcleo espermático (n) se fusiona con los núcleos secundarios (2n), para originar un tejido triploide (3n), el endospermo o albumen, que constituya la reserva nutritiva de la semilla. A partir de la doble fecundación se inician tres procesos: el cigoto se transformará en el embrión, el núcleo triploide formará el endosperma o albumen, las cubiertas del óvulo originarán los tegumentos de la semilla.
Tipos de tallos
Los líquenes son asociaciones simbióticas de hongos y algas verdes. Son capaces de sobrevivir en condiciones ambientales adversas que ninguno de los dos organismos podría soportar viviendo en forma independiente. Bioindicadores sensibles a la contaminación. Axonomorfas, fasciculadas, tuberosas. Herbáceos: Caña: es un tallo herbáceo macizo o hueco que no se ramifica, con los nudos muy marcados. Cálamo: Es un tallo aéreo cilíndrico, que no presenta nudos. Volubles: son tallos flexibles y enrollables. Trepadores: son aquellos tallos que se fijan a un soporte zarcillos. Leñosos: son tallos rígidos y duros, sin color verde ya que no presentan clorofila. Arbustivos: llegan a desarrollar tejidos secundarios, pero sólo en la región próxima a la base. Arbóreos: Son tallos que desarrollan tejidos secundarios por completo. Estipe: Son aquellos tallos monopodiales en los que la única yema que se desarrolla es la apical. Piezas florales 3/4o5 granos 1y3 cotiledones 1y2 nervadura paralelos y fasciculados haces vascu dispersos anillo crec sec ausente presente. Las sustancias orgánicas salen de la hoja a través del floema, hacia lugares donde se utilizan. Los productos transportados son nutrientes orgánicos. El proceso translocación. Flujo de presión. El desplazamiento de la savia elaborada se debe a un gradiente de presión entre la fuente y el sumidero. La fuente es una zona de elevada presión hidrostática debido a la alta concentración de azúcares, mientras que el sumidero es una zona de baja presión hidrostática debido a que su concentración de azúcares es menor. Por ejemplo, si tomamos dos puntos de la planta, la fuente de producción será el constituido por las células fotosintetizadoras de las hojas, y el sumidero serán las células de la raíz, que consumen materia orgánica para su crecimiento. El transporte va de la fuente de producción a la de consumo. Carnívoras. Viven en suelos pobres y necesitan consumir proteínas animales, provenientes fundamentalmente de los insectos. Todas realizan la fotosíntesis. La hoja actúa de trampa, por ejemplo en Dionaea. El insecto queda pegado a la superficie de la hoja por unas glándulas pegajosas, como sucede en Drosera. Parásitas. Carecen de clorofila, por lo que consumen moléculas orgánicas de otras plantas. Para ello se unen a ellas y emiten unas prolongaciones que actúan como órganos chupadores, denominados haustorios, para absorber savia elaborada de la planta parasitada. Cuscuta, semiparásitas autótrofas que no enraízan en el suelo sino sobre otras plantas de las que toman el agua y las sales minerales. Toman la savia bruta de su hospedador. Haustorios. Fabrican su savia elaborada. Muérdago. Canales resiníferos: tubos laticíferos. Cavidades lisígenas. Nectarios de las flores. Tricomas. Vacuolas celulares.