Clasificación de las quemaduras según la extensión
- Cabeza y cuello: 9%
- Tórax (delante y detrás): 18%
- Abdomen (delante y detrás): 18%
- Miembro superior: 9% cada uno
- Miembro inferior: 18% cada uno
- Región genital: 1%
Quemaduras leves
Quemaduras con extensiones de hasta un 10% a 15%.
Quemaduras graves
Quemaduras con extensiones de entre un 15% y un 30%.
Quemaduras muy graves
Quemaduras con extensiones de entre un 35% y un 60%. Por encima de un 60-70% de superficie corporal quemada, la supervivencia del paciente, que es denominado «gran quemado», es prácticamente del 1%.
Factores de gravedad y complicaciones en las quemaduras
Profundidad
A veces es difícil de valorar, sobre todo las estructuras más internas. La profundidad de la quemadura va a condicionar la cicatrización posterior de los tejidos.
Extensión
El riesgo de muerte es directamente proporcional a la superficie corporal quemada. A mayor extensión, mayor pérdida de líquidos (deshidratación) y más riesgo de infecciones.
Riesgo de infección
La quemadura supone la pérdida de la barrera protectora natural del organismo, que es la piel, lo que condiciona una mayor facilidad para la colonización de agentes infecciosos.
Localización
La cara, las manos, los pies, los genitales, la piel que rodea los orificios naturales y la piel de la flexura de codos, axilas y rodillas son zonas corporales que plantean más complicaciones frente a las quemaduras. Estas áreas poseen una piel más fina y delicada, por lo que cicatrizan mal y ocasionan un gran perjuicio estético si no se tratan pronto y con supervisión médica desde el primer momento, sea cual sea la extensión.
Afectación de la función respiratoria
Si el paciente ha inhalado humos o gases tóxicos, se afecta con gran frecuencia la función respiratoria, con gran riesgo para su vida. Es habitual en incendios donde el paciente sufre, además de quemaduras por llama directa, asfixia por la inhalación de humos y gases de la combustión de muebles y enseres.
Enfermedades previas
Los pacientes con enfermedades crónicas, como los cardiópatas, diabéticos o bronquíticos, se descompensan con más facilidad y tienen mayor riesgo de complicaciones y muerte.
Electrocución
Un accidente producido por el paso de una corriente eléctrica a través del cuerpo. Cuando sufrimos una descarga eléctrica, el recorrido de la corriente suele ir desde el punto de entrada hacia una toma de tierra, atravesando el cuerpo, ya sea de mano a mano, de mano a tórax o de mano a pie. El aire es un mal conductor de la electricidad. La duración del contacto es importante.
Efectos de la corriente eléctrica en el organismo
El paso de la corriente eléctrica a través del cuerpo da lugar a dos tipos de efectos: térmicos, ocasionando quemaduras, y sobreestimulación celular, que puede dar lugar a la muerte por electrocución cuando afecta a órganos vitales como el encéfalo, el corazón o los pulmones. Además de estas quemaduras en la piel, se producirán lesiones en mayor o menor grado en los músculos, el corazón, los riñones, los pulmones, las vísceras abdominales, el sistema nervioso y los vasos sanguíneos. En ocasiones, por cese instantáneo de todas las funciones cerebrales al paso de la corriente eléctrica a través del cerebro, pero lo más habitual es que se deba a asfixia por parálisis del centro respiratorio localizado en el tallo cerebral y a la tetania (contracción mantenida) de los músculos respiratorios por el paso de la corriente a su través, impidiendo los movimientos respiratorios y el ingreso de aire en los pulmones. Otro mecanismo implicado en la muerte por electrocución, también frecuente cuando se trata de alta tensión, es la fibrilación ventricular del corazón. Esta consiste en una arritmia que desorganiza la contracción cardíaca, haciendo que fracase el corazón en su función de bomba cardíaca. DESA (desfibrilador externo semiautomático) para revertir la FV.
Lesiones del aparato locomotor que afectan a huesos, músculos y articulaciones
Traumatismo
Lesiones que se producen en el organismo como consecuencia de la transferencia de energía por una fuerza externa aplicada con violencia hacia el cuerpo humano. Nombres genéricos de contusiones, fracturas, esguinces y luxaciones.
Contusiones
Es una lesión producida por un agente traumático que actúa sobre la superficie del organismo y que, a diferencia de las heridas, cursa con integridad en la piel. Los síntomas que produce son dolor, inflamación y, según la intensidad del golpe o impacto, pueden llegar a producir un hematoma.
Equimosis
Se produce por la rotura de pequeños vasos en el interior de la piel (capilares). Aparece una mancha de color morado que luego irá cambiando de color con el paso del tiempo. Es el típico moratón o cardenal.
Hematoma
Se origina en impactos de mayor intensidad, con rotura de mayor número de vasos y produciéndose una colección de sangre extravasada debajo de la piel que, en ocasiones, debe ser evacuada.
Fracturas
Es la rotura de un hueso. El punto donde el hueso está roto, parcial o totalmente, se denomina foco de fractura. El mecanismo de rotura puede ser directo, cuando la fractura asienta en el lugar del golpe, e indirecto, cuando la fractura no coincide con el lugar donde se halla el trauma, pudiendo darse en este caso tres circunstancias o situaciones:
- Por transmisión a distancia: el lugar de aplicación del agente traumático no coincide con el punto de fractura.
- Por contracción muscular: un movimiento poderoso y brusco de la musculatura puede arrancar un fragmento óseo.
- Por sobrecarga: múltiples traumatismos repetidos sobre la misma zona pueden originar una fractura por fatiga o de estrés, sin que necesariamente ninguno de ellos sea un traumatismo poderoso.
Qué hacer ante una posible fractura
- No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario, evitando así agravar la fractura.
- Retirar anillos, relojes y pulseras en el caso de fracturas de miembros superiores.
- Explorar la movilidad y la sensibilidad de los dedos de la extremidad donde se asiente la fractura.
- Inmovilizar la parte fracturada, incluyendo las articulaciones adyacentes, con algún tipo de férula, evitando siempre movimientos bruscos de la zona dañada.
- Procurar el traslado de la víctima a un centro sanitario para su tratamiento definitivo, una vez inmovilizada la fractura.
- En caso de fracturas abiertas, cubrir la herida con apósitos estériles o limpios antes de proceder a su inmovilización y, si existe hemorragia, cohibirla bien por compresión local o mediante los puntos de compresión arterial.
Actuación ante una hemorragia interna
En las hemorragias internas, la sangre se dirige al interior de las cavidades del organismo. Sospechar de una hemorragia interna en los casos de:
- Traumatismos en accidentes violentos y, sobre todo, en aquellos en el que el impacto se produce en el tórax, la cabeza o el abdomen.
- Sangrados por oído, nariz, recto o genitales, sobre todo después de choques violentos.
- Vómitos o golpes de tos acompañados de sangre.
- Heridas por arma de fuego.
- Heridas con objetos que han penetrado en el cráneo, tórax o abdomen.
- Fracturas en huesos como el fémur o la pelvis.
Las medidas generales a tomar ante una sospecha de hemorragia interna son:
- Avisar al sistema de emergencias 112.
- Tranquilizar al paciente.
- Controlar los signos vitales.
- Acostar al paciente boca arriba, evitando que se mueva y, si es posible, con los pies elevados.
- Aflojar la ropa en aquellos puntos que suelen comprimir (cinturón, botón del pantalón, corbata).
- Arropar al paciente para evitar que pierda calor.
Actuación ante una hemorragia exteriorizada
Hemorragia nasal
El sangrado por la nariz se denomina epistaxis. Es una hemorragia relativamente frecuente, casi siempre leve y autolimitada, que deja de sangrar espontáneamente o con una mínima compresión. La actuación de urgencia en una epistaxis:
- Mantener erguido al paciente. Inclinar la cabeza supone aumentar el aporte de sangre a la región de la cara y facilitar el sangrado.
- Comprimir la fosa nasal afectada contra el propio tabique nasal de ese lado durante 5 minutos.
- Si persiste el sangrado, realizar un taponamiento introduciendo una gasa enrollada a modo de tapón por la fosa nasal sangrante y seguir comprimiendo contra el tabique.
- Si no es posible controlar la hemorragia, buscar atención sanitaria.
Nunca se debe echar la cabeza del paciente hacia atrás, porque esto puede producir la aspiración o deglución de determinadas cantidades de sangre o coágulos, lo cual proporciona información falsa del sangrado real del paciente.
Hemorragia por el oído u otorragia
Las otorragias no suelen ser frecuentes. La mayoría son debidas a traumatismos, a la introducción de objetos extraños o por el rascado con objetos.
La actuación de urgencias ante una otorragia es la siguiente:
- En casos de sangrados leves y banales, se debe cubrir el oído con un pañuelo, compresa o apósito e inclinar la cabeza hacia ese lado, e inmediatamente acudir a un centro sanitario.
- En situaciones de sangrados acompañados de traumatismos en la cabeza, no movilizar al paciente, mantener el eje cabeza-cuello y tronco alineados e inmediatamente llamar al 112.
Qué hacer en caso de tos con sangre
- Avisar a los servicios de emergencia 112.
- Colocar al paciente en posición de Fowler (semisentado con la cabeza elevada).
- Vigilar las constantes vitales.
- No administrar comida ni bebida, aunque tenga sed.
Qué hacer en caso de electrocución
La primera medida a adoptar es bien sencilla, pero se suele olvidar con mucha facilidad: desconectar la corriente eléctrica antes de tocar a la víctima. Con ello evitaremos sufrir una descarga eléctrica al socorrer a la persona que se intenta ayudar, bien al tocarla o al tocar el mismo conductor que ella. Si la persona está pegada al contacto eléctrico, además de cortar la corriente, hay que retirarla del contacto con un objeto no conductor (una pértiga de madera o de plástico, guantes de aislamiento y banqueta aislante) y prever la caída al suelo del accidentado. In situ, iniciar el ABC y, si se dispone de un DESA a mano, aplicárselo a la víctima de electrocución. Las maniobras de reanimación se mantienen hasta la llegada de los servicios sanitarios. Tratar los orificios de entrada y salida de la corriente como cualquier quemadura. Procurar un traslado urgente llamando al 112. Toda persona que haya sufrido una descarga eléctrica, aunque no presente trastornos inmediatos, debe ser puesta bajo vigilancia médica, ya que pueden aparecer alteraciones tardías (arritmias cardíacas, paro cardíaco).