Desarrollo Embrionario Humano: Gónadas, Gametogénesis y Fecundación

Gónadas: Ovarios y Testículos

Las gónadas son órganos que se encargan principalmente de producir gametos (células sexuales), pero también secretan hormonas, es decir, se comportan como órganos endocrinos. Estos órganos serán tratados con más detalle al estudiar el sistema reproductor. Las hormonas que las gónadas secretan se indican en el siguiente cuadro:

GlándulaHormonasEfectos
OvariosEstrógenos

Actúan a nivel de las mamas, el útero y otros tejidos. Estimulan el desarrollo y mantenimiento de las características sexuales femeninas secundarias, como el desarrollo de las mamas, el crecimiento del vello púbico y axilar, la acumulación de grasa a nivel de las caderas, etc.

Progesterona

Actúa sobre las paredes del útero. Promueve y mantiene el desarrollo del endometrio y de las características sexuales secundarias.

TestículosTestosterona

Actúan a nivel de los órganos sexuales y de otros tejidos. Estimulan el desarrollo y mantenimiento de las características sexuales masculinas secundarias, como el desarrollo muscular, el crecimiento del vello púbico y axilar, el cambio de la voz, etc.

Etapas del Desarrollo Embrionario Humano

La vida humana comienza con la fusión de un diminuto y móvil espermatozoide y un óvulo más grande, pero estructuralmente más simple. El desarrollo de un nuevo ser consta de una serie de procesos o etapas consecutivas. Dichos procesos son la gametogénesis, fecundación, segmentación, blástula, gastrulación y organogénesis.

Gametogénesis

Es la formación de los gametos (espermatozoides y óvulos) que se realiza en las gónadas.

Espermatogénesis

La formación de los espermatozoides o espermatogénesis se realiza en los túbulos seminíferos. Los túbulos seminíferos están revestidos internamente por un epitelio germinativo, a partir del cual se diferencian los espermatozoides. Las células de este epitelio pasan por distintas etapas a medida que se dirigen hacia la luz del tubo y sufren divisiones mitóticas y meióticas. Contiene dos tipos principales de células: células de sostén o de Sertoli y las células espermatogénicas. Las células germinales masculinas comprenden las espermatogonias, espermatocitos I y II, espermátides y espermatozoides. Las espermatogonias permanecen en los túbulos seminíferos en un estado de reposo hasta la pubertad, donde comienzan a proliferar. Estas se diferencian en espermatocitos primarios. Los espermatocitos primarios, al mismo tiempo que aumentan de tamaño, entran en la profase de la primera división meiótica, la que concluyen aproximadamente a los 22 días. Una vez finalizada la primera división meiótica, los espermatocitos primarios dan lugar a los espermatocitos secundarios, que son células mucho más pequeñas que los primarios. Estos inician rápidamente la segunda división meiótica. La progenie de los espermatocitos secundarios se denominan espermátides, células haploides que ya no sufren divisiones, pero sí profundos cambios que las transforman en espermatozoides. Este proceso de diferenciación recibe el nombre de espremiogénesis.

El espermatozoide humano maduro mide 60 µm de largo y es una célula muy activa y especializada. Morfológicamente, se caracteriza por tener una cabeza y una cola. La cabeza es elipsoide, de 5 µm de largo, 3 µm de ancho y 1.5 µm de espesor, ocupada en su mayor parte por el núcleo.

Las células germinales masculinas comprenden las espermatogonias, espermatocitos I y II, espermátides y espermatozoides. Las espermatogonias permanecen en los túbulos seminíferos en un estado de reposo hasta la pubertad, donde comienzan a proliferar. Estas se diferencian en espermatocitos primarios. Los espermatocitos primarios, al mismo tiempo que aumentan de tamaño, entran en la profase de la primera división meiótica, la que concluyen aproximadamente a los 22 días. Una vez finalizada la primera división meiótica, los espermatocitos primarios dan lugar a los espermatocitos secundarios, que son células mucho más pequeñas que los primarios. Estos inician rápidamente la segunda división meiótica. La progenie de los espermatocitos secundarios se denominan espermátides, células haploides que ya no sufren divisiones, pero sí profundos cambios que las transforman en espermatozoides. Este proceso de diferenciación recibe el nombre de espremiogénesis. El espermatozoide humano maduro mide 60 µm de largo y es una célula muy activa y especializada. Morfológicamente, se caracteriza por tener una cabeza y una cola. La cabeza es elipsoide, de 5 µm de largo, 3 µm de ancho y 1.5 µm de espesor, ocupada en su mayor parte por el núcleo. El acrosoma está bien desarrollado y se localiza a modo de caperuza sobre el núcleo; en su interior se encuentran enzimas encargadas de la lisis de las cubiertas ovocitarias. La cola tiene una longitud de 55 µm.

Ovogénesis

La ovogénesis es la producción de óvulos y se realiza en los ovarios. Los óvulos se hallan formando parte de los folículos ováricos. Este proceso está regulado por hormonas de la hipófisis: la hormona foliculoestimulante y la hormona luteinizante. En los mamíferos es muy común hablar de foliculogénesis para indicar las diferentes fases que atraviesa el folículo en su desarrollo. La foliculogénesis es un proceso dinámico y complejo, a través del cual el folículo pasa por varios estados de desarrollo. Tempranamente en el desarrollo embrionario (desde la semana ocho a la doce de gestación) se pueden apreciar en la corteza del ovario los primeros ovocitos rodeados de una capa de células foliculares aplanadas. El conjunto de ovocito y sus células acompañantes recibe el nombre de folículo primordial. Los folículos primordiales son de pequeño tamaño y encierran un ovocito (detenido en la profase de la meiosis I), de aproximadamente 35 µm de diámetro. Durante la vida reproductiva de una mujer, más del 90% de los folículos son primordiales, constituyendo la reserva folicular fija de folículos en reposo, que se va consumiendo gradualmente en cada ciclo menstrual y cuando se agotan, la actividad ovárica cesa y sobreviene la menopausia. Cuando las jóvenes llegan a la pubertad, los ovarios comienzan una fase de actividad que se caracteriza por el crecimiento y la maduración cíclica de pequeños grupos de folículos. Normalmente, en cada ciclo, solo un folículo alcanza la madurez total y el ovocito es

liberado del ovario. Así, de los 400 mil ovocitos presentes al nacer, solo 400 llegan a completar su maduración durante la vida fértil de la mujer. La progresión de la foliculogénesis, es decir, el pasaje por los distintos estadios de desarrollo del folículo, está basada en la capacidad que tienen las células foliculares para dividirse y diferenciarse. Los folículos primordiales continuamente abandonan la reserva para convertirse en folículos primarios. Esta transición implica ciertos cambios. Alcanza un diámetro dos a tres veces mayor al de los folículos primordiales y, a medida que el ovocito aumenta de tamaño, la capa única de células foliculares aplanadas se convierte inicialmente en una capa de células cúbicas y luego cilíndricas. Estas células gradualmente muestran mayor actividad mitótica y proliferan adoptando el aspecto de un epitelio estratificado. Como su citoplasma tiene aspecto granular, se las suele llamar también células de la granulosa. En esta fase, el ovocito, con un diámetro de 50 a 80 µm, se halla separado de las células foliculares por una membrana transparente y homogénea, que recibe el nombre de zona pelúcida. A medida que los folículos aumentan de tamaño, van desplazándose gradualmente hacia el interior de la corteza. Prosiguiendo con el desarrollo folicular y cuando la capa granulosa alcanza un espesor de varias hileras de células, entre las mismas aparecen varias cavidades pequeñas llenas de líquido que es secretado por las propias células foliculares. En esa etapa, el folículo recibe el nombre de folículo secundario o antral y tiene un diámetro de 10 mm o más. Posteriormente, dichas cavidades confluirán para formar un espacio en forma de semiluna denominada antro folicular. La presencia de las cavidades va desplazando excéntricamente al ovocito, también más desarrollado (125 µm). El folículo totalmente maduro se denomina folículo de De Graaf, que se caracteriza por la presencia de un gran antro folicular. El antro folicular determina que el ovocito quede desplazado hacia un polo del folículo y se localice en un pequeño acúmulo celular llamado cúmulo oóforo. En esta fase, el folículo ocupa prácticamente todo el espesor de la corteza y empieza a hacer relieve en la superficie del ovario. La ruptura inminente del folículo va precedida de un rápido crecimiento: la pared del folículo cercana a la superficie se adelgaza, se torna translúcida, avascular y se rompe, liberando al ovocito que inmediatamente completa su primera división meiótica. Una vez producido el desprendimiento del ovocito, los restos del folículo vacío y el tejido circundante se transforman en una estructura glandular conocida como cuerpo lúteo. El cuerpo lúteo es una estructura endocrina formada por las células foliculares y tecales remanentes del folículo que ha liberado el ovocito. Su principal función es la de secretar progesterona, la cual tiene numerosas funciones, entre ellas, el acondicionamiento del útero para el periodo de preñez y la regulación de las contracciones del oviducto para el transporte del

óvulo hacia el útero.

Fecundación

Luego de la gametogénesis, para que se forme un nuevo ser es necesario que el óvulo sea fecundado, es decir, que en él penetre un espermatozoide. La fecundación es la unión del espermatozoide móvil con el óvulo. Este proceso en el ser humano es interno, es decir, que se realiza dentro del aparato reproductor femenino, más precisamente en las trompas de Falopio. El resultado es la formación del huevo o cigoto, una célula diploide formada a partir de dos haploides.

Segmentación

Luego de la fecundación, el huevo comienza a sufrir una serie de divisiones mitóticas: primero se divide en dos, luego en cuatro, en ocho y así sucesivamente. Las células, al dividirse, van disminuyendo su tamaño hasta alcanzar el tamaño de las células normales. A esta serie de divisiones se la denomina segmentación. Aproximadamente, en el ser humano, a las treinta y seis horas después de la fecundación el huevo se divide por primera vez; a las sesenta ya se pueden observar cuatro células; a los tres días, las células ya son ocho; casi a los cinco días de la fecundación, el nuevo ser contiene ciento veinte células. Este proceso ocurre en el oviducto.

Blástula

Cuando se han formado aproximadamente ciento veinte células, el nuevo ser no es compacto, en su interior se forma una cavidad, el blastocele, lleno de líquido. A esta etapa, en la que el embrión es una cavidad rodeada por células, se la denomina blástula. En el ser humano, antes de formarse la cavidad, a la masa de células se la llama mórula, por parecerse a una mora. En estado de blástula, el embrión se implanta. La implantación es el proceso de adhesión del embrión a la pared uterina y ocurre alrededor de los seis o siete días después de la fecundación y dura hasta el día catorce aproximadamente.

Gastrulación

Luego de la implantación, en el embrión comienzan a ocurrir una serie de movimientos celulares, movimientos morfogenéticos, que en su conjunto se denominan gastrulación. Estos movimientos morfogenéticos son los que permiten que las distintas células de la blástula se sitúen en el lugar correspondiente del adulto.

Organogénesis

Es la formación de los órganos, que comienza luego de que las células de la blástula se ubiquen en sus respectivos lugares. Al final del tercer mes, el feto mide aproximadamente nueve centímetros de largo y pesa aproximadamente quince gramos. Todos los sistemas principales del cuerpo están prácticamente casi constituidos en su totalidad (digestivo, circulatorio, excretor, nervioso, etc.).

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