El Sistema Circulatorio Humano: Un Viaje por el Cuerpo

la respuesta está en la existencia de un sistema transportador adecuado que leve los nutrientes y el oxigeno desde los aparatos digestivo y respiratorio hasta el entorno de las células. De aquí estas los pueden tomar directamente. Ese sistema es el aparato circulatorio.
Las células de cualquier organismo viven rodeadas de un medio del cual obtienen todos los nutrientes que necesitan y al que expulsan las sustancias de excreción que producen en sus reacciones metabólicas. En el caso de los organismos pluricelulares, como el ser humano, este espacio es conocido como medio interno y está constituido por el plasma intersticial.
El plasma intersticial debe renovarse de forma continua por dos razones: Las células consumen nutrientes continuamente, por lo que si el plasma no se renovase estos podrían agotarse y las células morirían. Las células liberan al plasma intersticial sus productos de excreción. Si el plasma no se renovase, la acumulación progresiva de estos productos resultaría tóxica para el organismo. La renovación del plasma intersticial se realiza gracias a la sangre, que al estar en movimiento aporta nuevos nutrientes y recoge las sustancias de excreción composición constante. De forma continua. De esta forma el plasma intersticial se mantienecon una composición constante. La sangre es un líquido viscoso, de sabor salado, transportado por el interior de los conductos del sistema circulatorio sanguíneo. Existen unos 5, litros de sangre en cada persona. Si se observa un tubo que contiene sangre recién extraída veremos: Una parte líquida de color amarillento, el plasma sanguíneo, en la que flotan numerosas células. El plasma es agua con varios tipos de sustancias disueltas: sales minerales, nutrientes (glucosa, aminoácidos, vitaminas…), sustancias de excreción (urea, ácido úrico), proteínas y hormonas. • Células de tres tipos:

Eritrocitos, glóbulos rojos

Son las más abundantes, unos 5000000 por mm’ de sangre en el caso del hombre y algo menos en la mujer. Tienen forma de disco y carecen de núcleo. Contienen hemoglobina, un pigmento rojo que contiene hierro y que transporta el oxígeno desde los alvéolos pulmonares a todas las células del organismo.

Leucocitos o glóbulos blancos

Son menos abundantes (6000-7000/mm}). Tienen forma esférica y núcleo. Reconocen y destruyen los agentes extraños y potencialmente patogénicos, por ello actúan destruyendo a los microbios que pueden penetrar en el organismo y eliminando células anormales y restos celulares inser-vibles. Existen varios grupos de leucocitos para llevar a cabo estas funciones.

Trombocitos o plaquetas

Son fragmentos de células de forma irregular. Existen unas 200000 a 300000 plaquetas/mm3 de sangre. Contienen sustancias que permiten la coagulación de la sangre.
Este es un proceso muy importante por el que la sangre deja de salir de un vaso sanguíneo roto, en un corto periodo de tiempo, lo que evita que se produzcan hemorragias mortales.


La sangre es un fluido vital, pues desempeña varias funciones fundamentales en nuestro organismo:

Transporte de sustancias

La sangre transporta nutrientes a las células, incluido el oxígeno, también productos de desecho, como la urea y el dióxido de carbono, generados en el metabolismo celular, y hormonas, que son moléculas muy importantes en la regulación de las funciones del organismo.

Defensa contra las infecciones


Regulación de la temperatura del organismo

Distribuye el calor corporal desde las zonas calientes a las frías.El corazón es un órgano musculoso, hueco, dividido por un tabique en dos partes, derecha e izquierda, entre las que no hay comunicación. La pared del corazón consta de tres capas:

Pericardio

Es una doble membrana rellena de líquido que protege al miocardio.

Miocardio

Es una gruesa pared de tejido muscular. Es la que proporciona la capacidad contráctil al corazón.

Endocardio

Es la más interna. Es una fina capa de células que se continúa en los vasos sanguíneos. Las cavidades que presenta el corazón son las siguientes:

Aurículas

Son las cavidades a las que llega la sangre procedente del resto del organismo. A la aurícula derecha llegan dos venas cavas, y a la izquierda cuatro venas pulmonares.

Ventrículos

Son más grandes que las aurículas. La sangre pasa de las aurículas a los ventrículos a través de unas válvulas que impiden el retroceso de la sangre a las aurículas. La del lado derecho es la válvula tricúspide y la del izquierdo, la bicúspide o mitral.
De los ventrículos sale la sangre hacia el resto del organismo. Del ventrículo derecho sale la arteria pulmonar, y del izquierdo, la aorta. En el comienzo de estas dos arterias existen unas válvulas, denominadas semilunares, que impiden el retroceso de la sangre hacia el corazón una vez que ha salido de él. El corazón actúa como una bomba que recoge la sangre que llega a él y la impulsa hacia los órganos. Este proceso se denomina latido cardiaco.

1. Sístole auricular

Las aurículas se contraen y la sangre es impulsada a los ventrículos a través de las válvulas bicúspide y tricúspide, que se abren.

2. Sístole ventricular

Los ventrículos se contraen, las válvulas semilunares se abren y la sangre contenida en ellos sale por las arterias pulmonar y aorta. Simultáneamente, las válvulas que comunican los ventrículos con las aurículas se cierran.

3. Diástole

El corazón se relaja y succiona sangre procedente de las venas cavas y pulmonares, que entra así en las aurículas. La sangre impulsada hacia las arterias en la sístole ventricular no regresa a los ventrículos gracias a que las válvulas semilunares se cierran e impiden el retroceso de la sangre al corazón. Los vasos sanguíneos son los conductos por los que circula la sangre impulsada por el corazón. Al igual que los sistemas de distribución de agua en las ciudades, en el aparato circulatorio existen conductos de distinto tipo. Pueden ser de tres tipos:


Arterias


Conducen la sangre procedente del corazón. Poseen paredes musculares gruesas y son elásticas. Al alejarse del corazón, se van ramificando en vasos cada vez más finos que se introducen en los órganos y reciben el nombre de arteriolas, que se reúnen finalmente en capilares.

Capilares

Son vasos microscópicos que se encuentran en todos los tejidos del organismo. Están formados por paredes que tienen una sola capa de células, lo que permite la entrada y salida de moléculas, es decir, el intercambio entre la sangre y las células a través del plasma intersticial.

Venas

Conducen la sangre desde los tejidos al corazón. Sus paredes son más finas que las de las arterias, su diámetro es mayor y poseen válvulas para impedir el retroceso de la sangre. Se originan a partir de la uníón de las vénulas, en las que se reúnen los capilares.

Circuito mayor

La sangre parte del ventrículo izquierdo del corazón y circula a través de la arteria aorta, que se ramifica en arteriolas y, posteriormente, en capilares que llegan a todos los tejidos y órganos, excepto a los pulmones.
La sangre de los capilares cede los nutrientes y el oxígeno a las células y retira de estas las sustancias de desecho y el dióxido de carbono. A continuación, retorna al corazón a través de vénulas y venas hasta llegar a las dos venas cavas, que terminan en la aurícula derecha.

Circuito menor

Comienza en el ventrículo derecho. La sangre rica en dióxido de carbono sale por la arteria pulmonar, que se divide en dos arterias, cada una de las cuales llega a un pulmón. Allí, la densa red de capilares que rodea a los alvéolos pulmonares incorpora oxígeno gracias al intercambio de gases. Los capilares originan vénulas, las cuales se reúnen en cuatro venas pulmonares que llegan a la aurícula izquierda. Desde ella, la sangre pasa al ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral e inicia el recorrido del circuito mayor. Podrás comprobar que la circulación sanguínea es: • Doble.
La sangre debe pasar dos veces por el corazón para completar su recorrido. • Completa.
En ningún momento la sangre oxigenada procedente de los pulmones se mezcla con la desoxigenada del resto del organismo. • Cerrada.
Ni la sangre en su conjunto ni las células que la forman salen de los vasos sanguíneos.

Tálamo


Hipotálamo

Regula la actividad de la hipófisis, una glándula que libera hormonas y que, además, controla la actividad de otras glándulas.

Bulbo raquídeo


Cerebelo

Relativa al equilibrio.

Lóbulo frontal

Controla las funciones superiores, así como los movimientos voluntarios.

Lóbulo parietal

Recibe informaciones táctiles. Además, combina las diferentes informaciones sensoriales para generar sensaciones unificadas.

Lóbulo temporal

Es el encargado de la formación de nuevas memorias y de procesar la información auditiva.

Lóbulo occipital

Se ocupa de la visión.


Una forma de clasificar los nervios es según el tipo de fibras que contienen.
Podemos distinguir tres tipos: • Sensitivos.
Transmiten información desde los órganos sensoriales. • Motores.
Envían órdenes a los órganos motores. • Mixtos.
Contienen axones sensitivos y motores.

Actos voluntarios

Son variados, cambiantes y en ellos participa la corteza cerebral. Intervienen un receptor, un nervio sensitivo, el cerebro, un nervio motor y un efector. Un ejemplo es acercar un dedo a la llama de una vela.

Actos reflejos

Son rápidos, automáticos y en ellos no participan estructuras encefálicas. Intervienen un receptor, un nervio sensitivo, al menos una interneurona, El conjunto de estructuras que dan lugar a un acto reflejo constituye un arco reflejo.
El sistema nervioso autónomo, también llamado neurovegetativo o involuntario, regula y coordina muchas de las funciones que son independientes de la voluntad. Tiene dos componentes:
sistema simpático y sistema parasimpático.
Cada uno desarrolla acciones opuestas:


Sistema nervioso simpático

Se encarga de activar los órganos para que trabajen de forma más intensa.

Sistema nervioso parasimpático

Su acción provoca la relajación y el funcionamiento más lento y menos intenso de casi todos los órganos.

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