1. Concepto y Tipos de Inmunidad
La función del sistema inmunitario es proteger al organismo de las agresiones de otros seres vivos, como de las células propias alteradas. Existen dos tipos de defensas:
1.1. Defensas Innatas o Inespecíficas
Son mecanismos generales que protegen el cuerpo de muchos patógenos. Así, la piel actúa como una barrera impidiendo que los microorganismos patógenos penetren en el organismo.
1.2. Defensas Adquiridas o Específicas
Se dirigen hacia un determinado microorganismo. Los anticuerpos solo se producen contra un determinado virus o bacteria y se unen a él para destruirlo.
Los dos tipos de defensas actúan juntas y de manera coordinada. Las defensas inespecíficas están siempre presentes y dispuestas a actuar rápidamente ante los diferentes patógenos. Las respuestas específicas son más lentas y complejas. En ella intervienen los linfocitos que reconocen a un antígeno y actúan solo contra él.
2. Defensas Innatas
2.1. Externas: Barreras Físicas y Químicas
Los animales presentan una barrera externa: la piel. Las glándulas sebáceas de la piel segregan ácidos grasos y ácido láctico que disminuyen el pH de la piel e impiden la colonización de bacterias patógenas. A veces se desarrollan colonias, por eso se han creado mecanismos de descamación periódica de la barrera externa.
Los animales presentan orificios naturales, recubiertos por mucosas para impedir que estos orificios se conviertan en lugares de fácil acceso a los microorganismos. Las aperturas se encuentran impregnadas de sustancias que los destruyen, como la lisozima.
Los animales también presentan otras barreras en el tubo digestivo: el ácido clorhídrico del estómago, que destruye la mayor parte de los microorganismos, o la flora bacteriana que impide la implantación de cualquier colonia extraña de microorganismos.
2.2. Internas: Respuesta Inflamatoria
La inflamación es una reacción inespecífica que se produce cuando los microorganismos superan las barreras externas. La respuesta inflamatoria produce hinchazón, dolor y calor en la zona donde se localizan los microorganismos extraños.
3. Células y Órganos del Sistema Inmunitario
Las células componentes del sistema inmunitario forman parte del medio interno del organismo. Se distribuyen por los líquidos del cuerpo: la sangre, la linfa y el plasma intersticial. Se forman en la médula ósea roja que rellena el tejido esponjoso de los huesos. En ella se encuentran unas células madre que tienen capacidad para diferenciarse en los distintos tipos de células del medio interno; hay algunas que no tienen función inmunitaria.
Los glóbulos blancos sí que son importantes para las defensas del organismo y pueden abandonar el sistema circulatorio y pasar a los espacios extracelulares donde estén los patógenos. Los glóbulos blancos se pueden dividir en tres grupos: fagocitos, linfocitos y asociados a la inflamación.
- Fagocitos: se encargan de ingerir y digerir microorganismos. Los más importantes son los neutrófilos, los monocitos o macrófagos y las células dendríticas.
- Linfocitos: son especialmente abundantes en la linfa. Hay dos tipos: linfocitos B y linfocitos T. Se originan en la médula ósea. Los linfocitos T maduran en el timo, bajo el esternón. Por su función se distinguen dos tipos:
- Linfocitos Th o T4 colaboradores o de ayuda: son los auténticos coordinadores del sistema inmunitario.
- Linfocitos Tc o T8 citotóxicos: reconocen a las células infectadas por virus y las destruyen, se denominan T8 porque tienen una proteína llamada CD8.
- Linfocitos B: maduran en la médula ósea y circulan por la sangre y por la linfa. Fabrican proteínas llamadas anticuerpos que se unen específicamente a los antígenos o sustancias extrañas al organismo.
- Células asociadas a las reacciones inflamatorias: tienen en el citoplasma gránulos o vesículas de sustancias relacionadas con las reacciones inflamatorias.
- Granulocitos basófilos: con gránulos que se tiñen con colorantes básicos, segregan histamina y heparina.
- Mastocitos: se encuentran en el plasma intersticial y liberan histamina.
- Granulocitos eosinófilos: se tiñen con el colorante eosina, intervienen en las reacciones alérgicas y liberan sustancias antiinflamatorias.
4. Inmunidad Adquirida: La Respuesta Inmunitaria
La inmunidad adquirida es específica y se basa en la capacidad que tiene el hospedador de reconocer y destruir un microorganismo o sus toxinas. Los linfocitos son las células especializadas en la respuesta específica y están programados para reconocer un antígeno en el patógeno. La respuesta comienza con el reconocimiento del microorganismo patógeno y termina con su destrucción.
4.1. Especificidad. Los Antígenos
Un antígeno es una molécula extraña que es reconocida de forma específica por los linfocitos generando una respuesta inmunitaria. Son macromoléculas que están en la superficie de los microorganismos patógenos. Son solubles como las toxinas segregadas por las bacterias.
Un linfocito reconoce y se une solo a una pequeña parte de un antígeno: determinante antigénico o epítopo. Si el antígeno es una proteína, el determinante antigénico es un pequeño péptido o secuencia de aminoácidos. Los anticuerpos secretados por los linfocitos B se unen también a los determinantes antigénicos.
5. El Reconocimiento del Antígeno por los Linfocitos B y T
5.1. Los Receptores de los Linfocitos B
Los linfocitos B tienen en su membrana receptores para antígenos denominados anticuerpos de membrana; su estructura es similar a la de los anticuerpos. Son proteínas con forma de Y que están formadas por cuatro cadenas.
5.2. Los Receptores de los Linfocitos T
Los receptores de membrana de los linfocitos T para un antígeno específico están formados por dos cadenas polipeptídicas diferentes. Por un extremo se unen a la membrana y por el otro extremo las dos cadenas tienen una región variable que constituye el lugar de unión a su antígeno específico.
Los receptores o anticuerpos de membrana de los linfocitos B reconocen antígenos intactos, mientras que los receptores de los linfocitos T solo reconocen fragmentos de antígenos, que están unidos a proteínas de la membrana plasmática de las células normales, llamadas proteínas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH).