Evolución Humana: Del Australopiteco al Homo Sapiens
Introducción
El proceso de hominización es aquel por el cual los primeros homínidos se transformaron en hombres modernos. Este proceso se ha estudiado principalmente a través de los restos fósiles encontrados, en su mayoría, en África. Es importante destacar que, si bien los cambios culturales son relevantes para entender la evolución humana, el estudio científico de la hominización se centra en los cambios biológicos, ya que estos no siempre van a la par con los culturales.
Los homínidos se caracterizan principalmente por dos rasgos:
- El bipedismo
- La liberación de las manos
El Bipedismo
El bipedismo es fundamental en la evolución humana y se considera el motor desencadenante de todos los cambios posteriores. Este rasgo apareció hace aproximadamente un millón de años, antes de cualquier desarrollo cultural significativo. El bipedismo trajo consigo tres ventajas principales:
- Desplazamiento más fácil
- Mejor visión
- Liberación de las manos
El cambio a la bipedestación implicó una transformación de toda la estructura física de los homínidos. Además, algunos autores sugieren que la mayor unión entre los individuos, necesaria para la supervivencia en un nuevo entorno, pudo dar lugar a la necesidad de expresarse, impulsando el desarrollo del lenguaje.
Liberación de las Manos y Amplificación de la Vista
La liberación de las manos y la mejora en la visión llevaron al Homo a plantearse qué hacer con sus nuevas capacidades. Esto dio lugar a la aparición de la industria lítica y está vinculado al nacimiento del lenguaje, ya que permitió la transmisión de conocimientos entre generaciones.
El tamaño del cráneo se ha utilizado como un indicador para estudiar la evolución de las diferentes especies de homínidos. En África se encontraron los restos del Australopithecus, considerado uno de los antepasados más antiguos del ser humano.
El Género Australopithecus
Los Australopithecus eran seres de pequeño cráneo, grandes muelas y el rostro echado hacia adelante. Se diferencian de los monos por la ausencia de caninos sobresalientes y la existencia de una cavidad en el cráneo para la médula espinal. Andaban erguidos, lo que los ha incluido dentro de la familia de los homínidos.
El bipedismo en los Australopithecus se considera una compensación evolutiva que les permitió liberar las manos para diversas tareas.
Australopithecus afarensis
Apareció hace 3-4 millones de años. Tenía un solo tubérculo en el primer molar, un cráneo muy pequeño de 400 cc y una estatura de 1.20 metros. Vivía en los árboles, pero caminaba erguido. Era bípedo y carnívoro. Tenía un cuerpo robusto, pero no era de gran velocidad.
Australopithecus africanus
Vivió hace 3-2 millones de años. Medía 1.25 metros y tenía un cráneo de entre 500 y 550 cc. Presentaba caracteres primitivos, pero su dentadura era muy parecida a la del hombre. Su alimentación era más variada que la del Australopithecus robustus.
Australopithecus robustus
Vivió hace 2-3.2 millones de años. Medía 2.55 metros y era muy robusto. Tenía un cráneo de 600 cc. Vivía en los árboles, pero caminaba erguido. Sus molares eran muy grandes, adaptados para masticar vegetales. La cresta sagital era muy exagerada. Sus dientes y los huesos de las extremidades inferiores y de las caderas se parecen a los del hombre. Se cree que usaba huesos de antílope como herramientas.
Género Homo
Homo habilis
Vivió hace 2.1 millones de años en África del Este y Sur. Era bípedo, medía 1.70 metros y tenía un cráneo de entre 650 y 775 cc. Sus primeros restos fueron encontrados en 1960. Tenía brazos largos, similares a los Australopithecus, y mantenía la suspensión arbórea. Sus molares eran pequeños y su frente más recta que la de los Australopithecus.
Homo erectus
Vivió hace 1.8 millones a 300,000 años. Su capacidad craneal era de entre 775 y 940 cc. Se han encontrado restos fuera de África, como en China. Dubois lo llamó Pithecanthropus erectus al creerlo el eslabón perdido entre el mono y el hombre. El Homo erectus representa un intervalo intermedio entre el Homo habilis y el Homo sapiens. El espesor de los huesos del cráneo era grueso y bajo. Tenía un cerebro más pequeño que el hombre actual, arcos superciliares más pronunciados y mandíbulas más pesadas. Desapareció la cresta sagital y su esqueleto era más pesado. Hubo un aumento en la dieta carnívora, lo que influyó en la distribución del tamaño de los molares.
Homo sapiens
Se cree que existió una especie intermedia entre el Homo erectus y el Homo sapiens, un Homo sapiens arcaico, muy robusto. El Homo sapiens tiene una capacidad craneal de 1625 cc y se originó en Europa y Oriente Medio.
Se denomina «Humano arcaico» o «Pre-sapiens» a un cierto número de variedades de Homo que aún no son considerados anatómicamente modernos. El antropólogo Robin Dunbar opina que es en esta etapa en la que aparece el lenguaje humano. La filiación de estos individuos dentro del género Homo es controversial.
Entre los humanos arcaicos se encuentran el Homo heidelbergensis, el Homo rhodesiensis, el Homo neanderthalensis y, a veces, el Homo antecessor. En 2010 se añadió el «hombre de Denisova». Dado que no son Homo sapiens, algunos especialistas prefieren llamarlos «arcaicos» en lugar de «H. sapiens arcaico».
Homo neanderthalensis
Tenía una frente huidiza y arcos superciliares muy marcados. La parte posterior de la cabeza se proyectaba hacia atrás. La mandíbula inferior terminaba en una barbilla prominente. Sus cráneos eran dolicocéfalos.