Inmunidad Celular y Humoral: Una Guía Completa

Inmunidad Celular

La inmunidad celular se produce sin la producción de anticuerpos. En cambio, los linfocitos T provocan la muerte de ciertas células alteradas, conocidas como células diana. Este proceso es eficaz en la destrucción de:

  • Células extrañas a un organismo procedentes de otro individuo, aunque sea de la misma especie (por ejemplo, en los trasplantes).
  • Células propias tumorales.
  • Células infectadas por virus.

Tipos de Linfocitos T

Los linfocitos T se dividen en dos grupos principales:

Linfocitos T4

Estos linfocitos contienen en su membrana celular unas proteínas receptoras denominadas CD4. Los linfocitos T4 más importantes son:

  • Linfocitos TH (cooperadores): Su función es estimular a otros linfocitos T, a los linfocitos B y a los macrófagos. Lo hacen liberando unas sustancias llamadas linfocinas (citocinas).

Linfocitos T8

Estos linfocitos poseen en su membrana unas proteínas conocidas como CD8. También se diferencian en dos grupos:

  • Linfocitos TC (citotóxicos): Provocan la destrucción de las células diana extrañas.
  • Linfocitos TS (supresores): Evitan una respuesta inmunitaria excesiva o desproporcionada.

Reconocimiento de Antígenos

Los linfocitos T actúan de forma específica contra células diana que portan antígenos extraños en su superficie. Poseen unos receptores de antígenos formados por una región constante unida a su membrana y otra región variable para reconocer y unirse al antígeno.

El antígeno se presenta unido a una célula del hospedador que posee una molécula (autoantígeno) complementaria del linfocito T. La célula diana es entonces una célula presentadora de antígenos.

Los autoantígenos son glucoproteínas específicas de cada individuo, codificadas por una región del genoma que se denomina complejo mayor de histocompatibilidad (CMH/MHC o HLA). Dado el elevado número de genes que conforman ese complejo, es prácticamente imposible que dos individuos de la misma especie tengan las mismas proteínas de histocompatibilidad. Así pues, constituye un auténtico “carné” de identidad molecular.

Clases de CMH o HLA

Tenemos dos clases de CMH o HLA en la superficie celular:

  • Los CMH o HLA clase I: Se encuentran en las membranas plasmáticas de todas las células del cuerpo.
  • Los CMH o HLA clase II: Solo se encuentran en la superficie de las células del sistema inmunitario (células presentadoras de antígeno), que procesan antígenos exógenos (capturados por ellas) y los presentan a los linfocitos T para que estos los reconozcan. Este sistema es el responsable del reconocimiento de lo propio y, por tanto, es lo que provoca el rechazo frente a trasplantes, por ejemplo.

Proceso de la Inmunidad Celular

El proceso de la inmunidad celular se realiza de la siguiente forma:

  1. Una célula del hospedador, habitualmente un fagocito o a veces otra célula, captura un elemento extraño.
  2. Tras su digestión intracelular, sitúa alguno de los antígenos del elemento extraño en su propia membrana. Este determinante antigénico suele ser un pequeño péptido derivado de la molécula inmunógena extraña inicial.
  3. En la membrana se combina con un autoantígeno, ya presente en ella (HLA clase II) y da lugar a un complejo antigénico. Esto la convierte en una célula presentadora de antígeno.
  4. El complejo antigénico formado se une, entonces, al receptor antigénico de un linfocito T (que puede ser colaborador o citotóxico) produciendo la activación de este.
  5. Tras la activación, los linfocitos T citotóxicos se dividen activamente y provocan una acción citotóxica consistente en la lisis de las células diana.
  6. Los linfocitos TH (cooperadores) intensifican la respuesta inmunitaria activando los linfocitos B y estimulando los fagocitos (gracias a que liberan unas sustancias llamadas interleucinas).
  7. Por el contrario, los linfocitos TS (supresores) disminuyen la respuesta del sistema inmunitario desactivando los linfocitos activados cuando se ha conseguido controlar a los agentes antigénicos.

Tolerancia Inmune

Una cuestión importante es la comprensión de los mecanismos que permiten que el sistema inmunitario sea capaz de eliminar los antígenos extraños y eliminarlos, y en cambio no rechace los propios (autoantígenos). A esta capacidad se denomina tolerancia inmune y es imprescindible para impedir la autodestrucción del organismo.

Las células T inmaduras procedentes de la médula ósea roja se diferencian en el timo. Durante su maduración, las células T que tienen receptores inadecuados, es decir, que se unen a los autoantígenos, son eliminadas, mientras que las otras continúan madurando.

Inmunidad Humoral

Por su parte, los linfocitos B se activan ante la presencia del antígeno gracias a que poseen en su membrana unos receptores capaces de reconocer a los antígenos. Se transforman entonces en células plasmáticas y se encargan de elaborar un anticuerpo específico. Sin embargo, no empiezan a producir este anticuerpo mientras no reciban la señal de los linfocitos T colaboradores (por medio de las interleucinas).

La mayor parte de los linfocitos activados empiezan a formar una gran cantidad de anticuerpos. Sin embargo, algunos quedan como linfocitos B de memoria.

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