26 de abril de 2011
Es interesante el hecho de que el consumo actúa sobre la base de la repetición, y es esta la que crea los hábitos de consumo. Dentro de esto, hay un componente importante que está ligado a la nostalgia capitalista. El marketing y la publicidad recurren a la nostalgia del pasado para vender los productos del pasado. Haciendo uso del patrimonio cultural se fomenta el turismo.
Hay una evidencia elemental: los seres humanos tenemos que alimentarnos para realizar nuestras funciones vitales. Es un complejo entramado de creencias y prácticas que ordenan y regulan los procesos fisiológicos de la nutrición. Dicho de otra manera, los seres humanos no nos nutrimos, nos alimentamos. La naturaleza biológica humana no nos limita a qué comer, a qué hora, con quién tenemos que comer, etc. Entonces, el consumo de la comida está regulado por todo un conjunto de reglas, prácticas o representaciones que van más allá de la simple nutrición.
La función de la comida, aparte de nutrir o saciar el hambre, ayuda a iniciar o mantener relaciones personales y de negocios. Los alimentos también sirven como un foco de actividades sociales o comunitarias. Recurrimos a los alimentos para expresar amor y cariño, para premiar o castigar, para denotar poder político y económico. Sirven también para manifestar devociones religiosas, para prevenir y curar enfermedades mentales; así podemos encontrar un sinfín de ellos.
En los últimos 200 años se han producido cambios, como los procesos de globalización o deslocalización por la cual los alimentos tienen una escala mundial (todos los alimentos están en todas partes). Esta globalización ha producido efectos en el 1º y 3º mundo. En los países Occidentales hay un aumento de la calidad y diversidad de los alimentos.
Características del Consumo Humano
- Los alimentos tienen una función simbólica.
- Va de lo individual a lo colectivo y de lo biológico a lo cultural.
Nos centraremos en dos aspectos:
- La paradoja del omnívoro.
- Incorporación de los alimentos a través de la boca.
La Paradoja del Omnívoro
La paradoja es una cosa básica: los humanos somos omnívoros y cuando se nos agota una fuente, pasamos a otra fuente de comida o nos desplazamos, o cambiamos la fuente alimentaria. Este lado positivo de adaptación tiene un pro inevitable: los humanos necesitamos consumir un conjunto de nutrientes, no como otros animales que los obtienen de una sola fuente alimentaria. La manera de resolver esta paradoja históricamente ha estado en manos de una institución menos preciada, ligada al papel de la mujer en la cocina.
Conservadurismo alimentario o prudencia alimentaria: todo alimento nuevo puede ser potencialmente peligroso o dañino. Los omnívoros no saben a priori si una sustancia es buena o mala para ser comida. Luego de esta situación, se produce la paradoja del omnívoro, con dos polos: el polo de la neofobia y la neofilia.
- Neofilia: capacidad de encontrar alimentos nuevos e incorporarlos a nuestra dieta.
- Neofobia: el miedo a incorporar ese alimento nuevo.
(La gente cree que si ingieres sesos de animales esas características se pasan al hombre; las comemos con la creencia de que alteran nuestro cuerpo en cierta manera, carne para hombres, vegetales para las mujeres.)
Incorporación de los Alimentos a Través de la Boca
En segundo lugar, los alimentos han de ser ingeridos, pero este acto aparentemente normal nos da la vida. Cuando uno ingiere un alimento, tu cuerpo pasa a tener las características reales o ficticias que le damos a los alimentos y las comemos en la medida que transforman nuestro cuerpo. Depende de lo que comamos formamos parte de una cultura, nos identifica lo que comemos. Nos convertimos en un determinado grupo social, somos lo que comemos, no solo individualmente sino colectivamente.
(“Si no comes lo que comemos nosotros, no eres de los nuestros”. “Si no sabemos lo que comemos no sabemos lo que somos”. “Dime qué comes y te diré quién eres”. )
¿Qué diferencia a los humanos de los otros animales?
Levi Strauss dice: “Los humanos son los únicos animales que cocinan”, estamos “preparados culturalmente”. Todas las cocinas crean una clasificación de lo que es o no comestible. No hablamos de una clasificación sobre tóxicos, si no sobre lo que ya es potencialmente comestible.
Las cocinas también establecen una regla, que comúnmente se llama reglas de asociación. En nuestra cocina existen reglas de compatibilidad como es mezclar aceite con vinagre o leche con café. Y también existen reglas de exclusión, cuando comemos dulce o salado, no existe un plato agridulce. (Los platos dulces van al final, y los salados van primero, y los platos que contienen carne eximen de pescado.)
Una vez que el alimento es cocinado está etiquetado o identificado, sabemos lo que es. Hay una serie de características que componen todas las cocinas: los humanos tenemos una capacidad potencial para tener una fuente alimentaria enormemente diversa. Todas las cocinas recurren sistemáticamente a un conjunto de sabores y todas tienen una prescripción más o menos rigurosa de reglas de la mesa.
En las “culturas modernas” es casi un contrasentido que haya más inseguridad en la comida (cada vez sabemos menos lo que comemos). La preparación de los alimentos que consumimos ya está mayoritariamente preparada antes de nosotros comerla, solo necesita un calentamiento en el microondas, horno o sartén. . Todas las pautas de la comida se pueden perder… (Si no almuerzas con alguien, por ejemplo, terminas por no almorzar)
Fischler -> “Ahora lo que comemos son objetos comestibles no identificados”
La Paradoja del Omnívoro
- El placer o el disgusto
- Salud y enfermedad
- Paradoja de la vida y la muerte
1º Paradoja:
Todos los alimentos oscilan entre el placer o el displacer, esto es que, por un lado, todo lo que comemos nos produce placer, de la plenitud (estamos satisfechos) y por otro también pueden producir reacciones adversas (vómitos o diarreas). ¿Cuando los alimentos tienen texturas o sabores que no nos gustan, están vinculados a la percepción social. Ejemplos: El mal aliento está mal visto, la cebolla por ejemplo no la comes por la desaprobación social que puedas tener.
La ingestión de la carne y de la grasa; la carne es el alimento que ha sido a lo largo de la historia más apetecible, el más buscado. En una sociedad en la que la obesidad está mal vista, la carne que es muy sabrosa (por la grasa) empieza a ser rechazada porque está ligada a la obesidad, a la gordura. El proceso de la civilización lleva a que cada vez reprimimos más nuestro apetito, lleva a una represión de la corporeidad; prácticamente hasta el siglo XVIII los occidentales habíamos sido muy desinhibidos con los efectos de la digestión de los alimentos, tirarse pedos y eructar.
2º Paradoja:
Nosotros somos perfectamente conscientes de que los alimentos tienen efectos secundarios. Sabemos que tenemos que cuidar nuestra alimentación, comer de forma variada y sin excesos.
3º Paradoja:
Es la más perturbadora, la vida y la muerte, todos los alimentos oscilan entre la vida y la muerte, comer es esencial para mantener la vida, y no hay que olvidar que comer implica en general la muerte o la disolución de otro organismo, dicho de otra manera, alguien ha de morir para que nosotros podamos vivir. Si alguien come una manzana, el manzano sigue vivo, si le quito la leche a la vaca la vaca sigue viva. Hay algunas secreciones animales que no implican la muerte necesariamente del animal, pero la lechuga sí por ejemplo, cuando la corto, muere.
Lo que está detrás de esta cuestión es: si alguien ha de morir para que nosotros vivamos, ¿quién tiene la autoridad para dar la muerte? (Consideramos a los vegetales y animales de sangre fría como alejados de nosotros mientras que el resto de mamíferos están cerca de nuestra escala de simpatía.)