1.LA REPRODUCCIÓN Y LA SEXUALIDAD:
La reproducción humana es sexual, y por ello, tiene dos carácterísticas: -El nuevo individuo se forma a partir de una única célula, llamada cigoto o célula huevo. –
El cigoto surge de la uníón (fecundación)
de dos gametos o células sexuales.
Los órganos encargados de la función de reproducción constituyen el aparato reproductor.
Aunque los aparatos reproductores masculino y femenino son diferentes, ambos constan de gónadas, que son los órganos que producen los gametos y las hormonas sexuales, y de unos conductos de salida denominados vías reproductoras.
En los seres humanos, como en todos los mamíferos, la fecundación es interna, es decir, se produce dentro del aparato reproductor de la mujer. El desarrollo del embrión tiene lugar dentro del cuerpo de la madre, es vivíparo.
Esto supone una mayor protección para el embrión y aumenta la probabilidad de supervivencia, además de crear lazos afectivos más sólidos. Para que la reproducción se lleve a cabo es recomendable que exista una atracción entre los individuos que los incite a buscar la relación y el contacto con otros, es decir, lo que conocemos como sexualidad.
2.LOS CAMBIOS EN LA VIDA REPRODUCTIVA: 2.1. La pubertad:
La pubertad se inicia cuando tienen lugar las primeras eyaculaciones (espermaquia), en los hombres, o las primeras reglas (menarquia), en las mujeres. Estos fenómenos se deben al aumento de la secreción de las hormonas de la hipófisis. La pubertad dura unos tres o cuatro años; en las chicas comienza en torno a los 10-13 años y en los chicos, hacia los 12-14 años. Como consecuencia de la secreción hormonal, se producen importantes cambios anatómicos, fisiológicos e incluso psicológicos, que transforman al niño o a la niña en adolescentes.
2.2. La adolescencia:
En esta etapa tienen lugar muchos cambios físicos y psíquicos que preparan al individuo para desarrollar su sexualidad plena y reproducirse. Todos son consecuencia de la liberación de óvulos y hormonas sexuales (estrógenos y progesterona) por parte de los ovarios, y de espermatozoides y hormonas sexuales (testosterona) de los testículos.
2.3. El fin de la vida reproductiva:
A partir de los 50 años disminuye parcialmente la actividad de los testículos y totalmente la de los ovarios. Esto provoca una serie de cambios físicos y psicológicos que en las mujeres se denomina menopausia y en los hombres, andropenia.
3.EL APARATO REPRODUCTOR: 3.1. El aparato reproductor masculino:
El aparato reproductor masculino está constituido por los testículos, el pene, las vías reproductoras y las glándulas anejas. Gran parte del aparato reproductor masculino está situado en el exterior del cuerpo.
3.1.1. Los testículos:
Son los órganos productores de gametos masculino o espermatozoides. Los testículos tienen forma de huevo y están constituidos por numerosos túbulos seminíferos enrollados, en cuyas paredes se encuentran las células que originan los espermatozoides. Entre los túbulos hay células productoras de hormonas sexuales masculinas (andrógenos). Los testículos están situados fuera de la cavidad abdominal cubiertos por un repliegue de la piel denominado escroto.
3.1.2. Las vías reproductoras: Son los siguientes: –
Epidídimo:
Está formado por los túbulos seminíferos de cada testículo. En él, los espermatozoides terminan el proceso de maduración que los hará aptos para la fecundación.
-Conducto deferente
Constituye la continuación del epidídimo y asciende hacia el interior del abdomen. Sirve como almacén de los espermatozoides producidos en los testículos, que permanecen en él hasta el momento de su salida. –
Uretra:
Este conducto pertenece también, como sabes, al aparato urinario (conecta la vejiga con el exterior), y la última parte de su recorrido se aloja en el interior del pene.
3.1.3. El pene:
El pene es el órgano copulador masculino. Está constituido por dos masas esponjosas de un tejido carácterístico denominadas cuerpos cavernosos, que se sitúan por encima de la uretra. Esta se halla rodeada por otra sección de tejido, el cuerpo esponjoso, que se ensancha en su parte final y forma el glande, el cual está recubierto por un repliegue de la piel llamado prepucio.
3.1.4. Las glándulas anejas: Son las siguientes:
-Vesículas seminales
Están situadas detrás de la vejiga urinaria y desembocan en los conductos deferentes. Su secreción, el líquido espermático, contiene glucosa, un nutriente para los espermatozoides. –
Próstata:
Se localiza debajo de la vejiga urinaria y su secreción, el líquido prostático, está formada por sustancias que protegen a los espermatozoides de la acides de la vagina. –
Glándulas de Cowper:
Se trata de un par de glándulas situadas en la base del pene. Su función es segregar un líquido lubricante que facilita el acto sexual.
El semen es un fluido que contiene espermatozoides.
Está compuesto por: nutrientes para los espermatozoides, formados en las vesículas seminales; sustancias neutralizantes de la acides vaginal, producidas por la próstata, y mucus lubricante, originado en las glándulas de Cowper.
3.2. El aparato reproductor femenino:
El aparato reproductor femenino está constituido por los ovarios y las vías reproductoras, que son: las trompas de Falopio, el útero, la vagina y la vulva. A diferencia del aparato reproductor masculino, todos sus órganos se encuentran en el interior de la cavidad abdominal.
3.2.1. Los ovarios:
Las gónadas del aparato reproductor femenino son los ovarios.
En ellos, se producen los gametos femeninos u óvulos.
Los ovarios son dos órganos del tamaño y la forma de una almendra, que se alojan en la cavidad abdominal. En cada uno se distinguen una parte interna y otra externa o corteza. En esta última se localizan unas estructuras circulares, los FOLículos ováricos, en cuyo interior se forman los óvulos. Además de los gametos femeninos, los ovarios producen hormonas sexuales femeninas, estrógenos y progesterona, fundamentales para el correcto desarrollo sexual de la mujer y para el proceso reproductivo.
3.2.2. Las vías reproductivas:
Son los conductos que intervienen en los procesos de fecundación y de gestación.
Se distinguen: –
Trompas de Falopio, oviductos o trompas uterinas:
Son dos pequeños tubos con una abertura en forma de embudo situados en el extremo más próximo a los ovarios. Recogen los óvulos liberados por estos órganos y es donde se produce, habitualmente, la fecundación. En la capa más interna existen células con cilios que, al moverse, permiten el avance de los óvulos a lo largo de las trompas. También segregan un líquido que sirve de alimento al cigoto antes de su llegada al útero. –
Útero o matriz:
Es una cavidad en la que desembocan las trompas de Falopio. Su pared presenta una gruesa capa muscular, el miometrio, y está tapizada internamente por una capa mucosa, la mucosa uterina o endometrio.
En su parte inferior, denominad cuello o cérvix, el útero se estrecha y se comunica con la vagina. En el útero se lleva a cabo el proceso de gestación del nuevo ser.
-Vagina
Es un conducto elástico provisto de glándulas que segregan sustancias lubricantes para facilitar la introducción del pene. En la entrada, existe una pequeña membrana incompleta (himen) que se rompe durante las primeras relaciones sexuales. En la vagina se depositan los espermatozoides durante el acto sexual. -Vulva: Es el órgano genital externo de la mujer. Presenta unos repliegues cutáneos (labios mayores y labios menores)
entre los cuales se encuentra el clítoris, un órgano muy sensible formado por un tejido eréctil semejante al del pene. En los labios vaginales se encuentran las glándulas de Bartolini.
Estas glándulas de secreción externa producen fluidos que lubrican los órganos genitales externos para facilitar las relaciones sexuales.
4. ETAPAS DE LA REPRODUCCIÓN:
En la reproducción humana podemos diferenciar una serie de etapas: la formación de los gametos o gametogénesis, que es diferente en cada sexo; la fecundación o uníón de los gametos para formar el cigoto, que es la primera célula del nuevo ser y, por último, el desarrollo del embrión en el útero materno, lo que se denomina gestación y el parto.
4.1. La gametogénesis:
La formación de los óvulos se denomina ovogénesis y la de los espermatozoides, espermatogénesis.
Espermatogénesis | Ovogénesis | |
Localización | Tubos seminíferos de los testículos | FOLículos de los ovarios |
Células iniciales | Espermatogonias | Ovogonias |
Inicio y duración | Se inicia en la pubertad y se produce de forma continua a lo largo de toda la vida. Dura unos meses. | Se inicia en la gestación, se reanuda en la pubertad y termina cada 28 días hasta la menopausia. Dura 14 días. |
Células Obtenidas | Cuatro espermatozoides a partir de cada espermatogonia. | Un óvulo a partir de cada ovogonia. |
La ovogénesis es un proceso cíclico que va acompañado de cambios, también cíclicos, de la mucosa del útero. De ahí que se distinga entre ciclo ovárico y ciclo uterino, aunque ambos se deben a variaciones en la secreción de hormonas y están relacionados.
4.1.1. El ciclo ovárico: Se lleva a cabo en tres etapas: –
Fase folicular
Dura unos 14 días y se realiza gracias a la acción de la hormona estimulante del FOLículo, producida por la hipófisis. –
Ovulación:
Consiste en la liberación de un óvulo por el ovario como consecuencia de la producción de la hormona luteínica por la hipófisis.
-Fase secretora:
Una vez expulsado el óvulo, la zona correspondiente del ovario se transforma en una masa de células que produce y segrega la hormona progesterona.
4.1.2. El ciclo uterino o menstrual: Pueden distinguirse también tres fases:
-Fase menstrual, regla o período:
Se considera el comienzo del ciclo. Debido a un descenso brusco de las secreciones hormonales del ovario, la mucosa del útero, que tiene bastante grosos y está muy vascularizada, se desprende y es expulsada al exterior junto con la sangre de los capilares. El flujo menstrual dura unos 4 o 5 días.
-Fase de proliferación:
La mucosa uterina se reconstruye gracias a la acción de los estrógenos producidos por el ovario. Dura unos 11 días.
-Fase secretora:
La mucosa del útero alcanza el máximo espesor y se prepara para albergar y alimentar al óvulo fecundado. Tiene lugar gracias a la acción de la progesterona que segrega el cuerpo lúteo del ovario y dura unos 11 días, hasta que cesa la producción de dicha hormona. Si hay fecundación, el cuerpo lúteo sigue segregando progesterona y la mucosa uterina no se desprende.
4.2. La fecundación:
La fecundación se produce en el interior del aparato reproductor femenino, habitualmente en las trompas de Falopio. En cada eyaculación (salida del semen) se liberan entre 300 y 400 millones de espermatozoides, pero solo uno de ellos fecundará el óvulo. Los espermatozoides viven únicamente cinco días después de la eyaculación, y el óvulo, 48 horas tras la ovulación, por lo que el encuentro entre los dos gametos para que exista fecundación debe realizarse en ese período de tiempo.
4.3. La gestación y el parto:
La gestación y el parto son las etapas finales del proceso de la reproducción.
4.3.1. La gestación:
La gestación es el tiempo comprendido entre la fecundación y el parto. Dura unos 280 días, es decir, 9 meses aprox., y en él una única célula, el cigoto, se convierte en un ser humano formado por unos 100 billones de células, especializadas para originar los distintos tejidos y órganos. Durante las primeras semanas, la masa celular que se desarrolla en el útero se denomina embrión y tiene un aspecto muy diferente al del ser definitivo. Cuando adquiere forma humana, se le denomina feto.
El desarrollo del embrión comprende tres etapas:
Segmentación, gastrulación y organogénesis
El embrión se nutre a través de la placenta, un órgano membranoso que se desarrolla en el segundo mes de gestación. En la placenta tiene lugar el intercambio de sustancias entre la madre y el feto: los nutrientes pasan a este desde la sangre materna, y las sustancias de desecho producidas por el feto regresan a la sangre de la madre para ser eliminadas por su aparato excretor. A medida que avanza la gestación, el feto se separa de la mucosa uterina y queda unido a la placenta por el cordón umbilical.
4.3.2. El parto:
A partir del octavo mes de embarazo, el feto se coloca en el útero con la cabeza hacia abajo y se prepara para el momento del parto, que sucede aproximadamente en la semana 40 de la gestación. La expulsión del tapón mucoso del cuello del útero anuncia el comienzo del parto, que transcurre en tres etapas: –
Dilatación del cuello del útero:
esta fase dura, por lo general, entre tres y doce horas. A la vez que el cuello uterino se dilata, el miometrio experimente una serie de contracciones que se van haciendo más intensas y frecuentes y empujan al feto hacia la vagina. La hormona oxitocina es la responsable de estos movimientos uterinos. Al terminar esta fase, se produce la rotura del amnios y la salida al exterior del líquido amniótico, lo que se conoce como rotura de aguas. –
Expulsión del feto:
Puede durar desde treinta minutos a una hora. El feto asoma la cabeza en primer lugar. Si no sucede así, el parto se complica, y a veces es necesario, extraerlo mediante una cesárea, que se practica a la madre. Tras la salida al exterior del recién nacido, el cordón umbilical se pinza y se corta, lo que deja una herida en esta zona que mas tarde cicatriza y constituye el ombligo.
-Alumbramiento
Tras el nacimiento del bebé, el útero sufre nuevas contracciones y se expulsan la placenta y el cordón umbilical. Finaliza así el proceso del parto.
Gemelos bivitelinos:
proceden de dos óvulos que han sido fecundados por dos espermatozoides distintos. Ocurren cuando ha habido una doble ovulación. Ambos individuos pueden ser de distinto sexo y no se parecen mas que dos hermanos cualesquiera.
Gemelos univitelinos:
Provienen de un solo cigoto que se ha dividido en dos células que se han separado, dando lugar cada una de ellas a un embrión. Son individuos genéticamente idénticos y, por lo tanto, del mismo sexo y similares carácterísticas.