Ondas Electromagnéticas y Radar Marino
Las **ondas electromagnéticas** incluyen la luz, los microondas, los rayos X y las ondas de radio. Se generan cuando un campo eléctrico y un campo magnético oscilan en conjunto, propagándose a través del espacio, incluso en el vacío. Se caracterizan por su longitud de onda (λ), frecuencia (F) y velocidad de propagación (V), relacionadas por la fórmula:
λ=V/F. En el caso de las ondas de radio, su velocidad es de 300,000 km/s y su frecuencia varía entre 10 kHz y 300 GHz. Las ondas de radio pueden propagarse de distintas maneras:
- **Onda terrestre** (Ground wave): sigue la curvatura de la Tierra.
- **Onda celeste** (Sky wave): se refleja en la ionosfera.
- **Onda directa** (Direct wave): se propaga en línea recta, como la luz.
Componentes del Radar
El **radar** (Radio Detection And Ranging) detecta objetos mediante la emisión de impulsos de ondas de radio y la recepción del eco reflejado por los objetos. Sus principales componentes son:
- **Unidad de disparo o sincronizador**: coordina la emisión y recepción de impulsos.
- **Transmisor**: genera los impulsos electromagnéticos.
- **Antena**: emite los impulsos y recibe los ecos reflejados.
- **Receptor**: amplifica las señales reflejadas.
- **Unidad T.R. (transmite-recibe)**: evita que el receptor se dañe durante la transmisión.
Bandas del Radar Marino
El radar marino opera en dos bandas principales:
- **Banda X** (9.3 – 9.5 GHz, λ ≈ 3 cm): mayor resolución y mejor para navegación costera.
- **Banda S** (2.9 – 3.1 GHz, λ ≈ 10 cm): mejor rendimiento en lluvia y niebla, con mayor alcance.
**ARPA** (Automatic Radar Plotting Aid): El ARPA es un sistema que permite calcular automáticamente la posición, rumbo y velocidad de los objetos detectados, ayudando a evitar colisiones.
Zonación Marina y Ecosistemas
La zonación marina, al igual que en las montañas, se debe a gradientes ambientales como la irradiancia, la temperatura, el hidrodinamismo y la disponibilidad de nutrientes, lo que da lugar a la distribución de distintas comunidades biológicas según la profundidad. En la zona más superficial, el ***supralitoral***, los organismos están adaptados a la exposición al aire y la salinidad, como líquenes y caracoles. En el ***mediolitoral***, influenciado por mareas y oleaje, encontramos mejillones, esponjas y poliquetos en sustratos rocosos, mientras que en los fondos blandos predominan organismos enterrados. La ***zona intermareal***, más evidente en el Atlántico, alberga moluscos, erizos y estrellas de mar, adaptados a cambios de humedad y temperatura. El ***infralitoral***, siempre sumergido, puede extenderse hasta 40 m y es rico en algas, esponjas y praderas de posidonia, esenciales para la biodiversidad. Más abajo, el ***circalitoral*** (hasta 150 m) es hogar de organismos que dependen de estructuras coralígenas, como gorgonias y briozoos. En la ***zona batial***, los fondos arenosos y fangosos albergan corales blancos, langostas y peces, mientras que la ***zona abisal***, a más de 3,000 m, depende de restos orgánicos que descienden desde la superficie. La distribución de estas comunidades está determinada por factores como la luz, la temperatura, el tipo de sedimento y el impacto humano, que puede alterar significativamente estos ecosistemas.
Praderas de Posidonia Oceanica
Las **praderas de *Posidonia oceanica*** son un ecosistema clave en el mar Mediterráneo, comparables a los bosques en los ecosistemas terrestres. Estas plantas marinas, endémicas del Mediterráneo, viven entre la superficie y los 50 metros de profundidad, donde aún llega la luz para realizar la fotosíntesis. Su importancia ecológica es enorme, ya que producen oxígeno, estabilizan los sedimentos y protegen la costa de la erosión, además de ser hábitat para más de 400 especies de plantas y 1,000 especies de animales. Sin embargo, estas praderas están en regresión debido a diversas amenazas, como la pesca ilegal de arrastre, la contaminación marina, la construcción de infraestructuras costeras y el fondeo de embarcaciones. Para contrarrestar esta degradación, WWF/Adena propone medidas urgentes como la ampliación de áreas protegidas, el cumplimiento estricto de la legislación ambiental, la regulación del fondeo de barcos y la restauración de praderas dañadas. También es fundamental realizar estudios de impacto ambiental antes de construir puertos o regenerar playas, así como fortalecer la red de espacios marinos protegidos. La conservación de la Posidonia es esencial no solo para la biodiversidad, sino también para el equilibrio ecológico y económico del Mediterráneo, ya que su desaparición afectaría gravemente la pesca y el turismo sostenible.