Patología Mamaria Benigna: Tipos, Diagnóstico y Tratamiento

Mastopatía Fibroquística

Es la patología mamaria benigna más frecuente. Se da en mujeres jóvenes (30-50 años) y, generalmente, no precisa tratamiento. Es importante realizar un diagnóstico diferencial con el dolor de pared torácica, como el Síndrome de Tietze, que se manifiesta como dolor a nivel de las articulaciones condrocostales. En algunos casos, puede requerir tratamiento como medidas higiénico-posturales, como el uso de un sujetador más adecuado, analgésicos comunes como AINEs, vitamina E, bromocriptina, danazol o incluso tamoxifeno.

Diagnóstico: Se realiza mediante ecografía mamaria, donde se pueden observar lesiones quísticas de milímetros a centímetros, y mamografía. No supone un riesgo mayor de carcinoma. Si el tamaño del quiste es grande, se debe realizar una punción para analizar el tipo de líquido. Si este es hemático, se debe continuar con el estudio porque es posible que se esté desarrollando un carcinoma intraquístico.

Forma Proliferativa

Se caracteriza por hiperplasias epiteliales, es decir, un aumento del número de células y de las capas de células en los conductos. Estas hiperplasias pueden ser:

  • Proliferación usual o sin atipia: Puede ser leve, moderada o florida. El riesgo de carcinoma es 1,5-2 veces mayor que la población normal en las formas moderadas o floridas.
  • Proliferación con atipia: Presenta un riesgo 4-5 veces mayor de cáncer.

Adenosis esclerosante: Puede ser muy similar a un carcinoma invasivo en la exploración. Además, presenta estructuras fibrosas y puede tener microcalcificaciones en la mamografía, lo que genera sospecha de cáncer. Representa un riesgo de carcinoma 1,5-2 veces mayor al normal.

Probabilidad de carcinoma invasivo según las lesiones:

  1. No tienen riesgo: Enfermedades no proliferativas. Hiperplasia usual leve.
  2. Aumentan 1,5-2 veces: Hiperplasia usual moderada o florida. Adenosis esclerosante.
  3. Aumentan 4-5 veces: Hiperplasias atípicas (ductal o lobulillar).
  4. Aumentan >8-10 veces: Carcinomas in situ (marcador de riesgo).

Procesos Pseudotumorales

Ectasia Ductal

También se denomina mastitis de células plasmáticas y se debe a la dilatación de los conductos galactóforos. Clínicamente, da lugar a telorrea oscura, que puede ser sanguinolenta o verdosa, y puede palparse como una tumoración a nivel retroareolar. Su diagnóstico de confirmación se realiza mediante galactografía, que consiste en inyectar contraste en el interior de los conductos a través del orificio areolar para que se disperse por toda la mama, revelando así la patología ductal. Tratamiento: extirpación quirúrgica.

Galactocele

Se trata de una lesión quística que contiene leche cremosa y espesa. Es típico en puérperas. Se asocia a la lactancia, donde aparece como una tumoración blanda junto con la salida de leche por el pezón. Evolución: Debe tratarse, ya que si no puede sobreinfectarse y dar lugar a un absceso. Tratamiento: se basa en la punción y drenaje.

Necrosis Grasa

Aparece como un nódulo doloroso, no muy bien delimitado, en una zona con antecedente traumático o quirúrgico, incluso varios meses después del mismo. Diagnóstico: El diagnóstico definitivo es anatomopatológico, aunque en realidad los radiólogos la diagnostican con mamografía en pacientes con antecedentes quirúrgicos o traumáticos, donde pueden verse pequeñas calcificaciones anulares, también conocidas como imagen “en botón”. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con el carcinoma de mama. Tratamiento: extirpación quirúrgica. Si no se tiene fácil acceso, se realiza una biopsia con arpón. Se ancla el arpón donde se cree que estaría la lesión y se extrae un cilindro de mama para el diagnóstico anatomopatológico. Este cilindro se envía primero a rayos para verificar si la lesión está incluida o no, y posteriormente se extrae el arpón con la lesión.

Cicatriz Radial

Es una lesión muy parecida a un cáncer porque se presenta como un nódulo estrellado. Se debe al traumatismo de la mama. En la mayoría de las ocasiones, se llega a la biopsia debido a su parecido con el carcinoma, pero en realidad es una cicatriz central con radiaciones fibrosas. En esta patología, el aumento de riesgo de carcinoma es dudoso.

Tumores Benignos del Parénquima Mamario

Adenoma de Mama

Se trata de un tumor poco frecuente que puede darse en mujeres entre los 16-40 años. Existen distintos subtipos: Adenoma Tubular, Adenoma Pleomorfo y Adenoma de la lactancia.

Adenoma de Pezón

Es un papiloma intracanicular. Clínica: se manifiesta como una induración subareolar o como un agrandamiento del pezón afectado con respecto al otro. Se produce telorrea sanguinolenta, por lo que es importante descartar patología maligna. Precisa de tratamiento quirúrgico.

Papiloma Intraductal

Parecido al anterior. Se trata de una proliferación exofítica de células epiteliales que aparece en la pared del conducto galactóforo del pezón. Puede ser único o múltiple. Clínica: da lugar a telorrea serosa o sanguinolenta, por lo que es importante descartar patología maligna. El diagnóstico se establece mediante galactografía. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica.

Fibroadenoma

Constituye el tumor benigno mamario más frecuente. Es típico de mujeres jóvenes. Puede ser único, múltiple o bilateral. Clínica: Se manifiesta como un tumor redondeado o polilobulado, móvil, a diferencia del carcinoma, bien delimitado y de consistencia dura. Su tamaño oscila entre 1-5 cm. Su tejido es estrógeno-dependiente, por lo que crece con tratamientos con estrógenos, así como con anticonceptivos. Puede presentar macrocalcificaciones en su interior. Diagnóstico: se realiza mediante ECO, que es preferible para no radiar, mamografía o PAAF, que establece el diagnóstico definitivo. Tratamiento: analgesia si llegase a dolor por su manipulación o roce. La cirugía está indicada en casos específicos:

  • Tamaño >2 cm: depende también del tamaño de la mama, porque no es lo mismo un fibroadenoma de 2 cm en una mama grande que en una pequeña.
  • Crecimiento rápido.
  • Tumores muy sintomáticos, con dolor considerable.
  • Edad >35 años: pueden existir microcalcificaciones o cáncer debajo del fibroadenoma que nos pasen desapercibidos, por eso es preferible extirparlo, por el riesgo de que esté “camuflando” patología maligna.
  • Motivos estéticos o cancerofobia: en todo momento hay que explicarle a la paciente que es una patología completamente benigna.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *