– La Respuesta Interna No Específica: El Proceso Inflamatorio
La inflamación es la primera respuesta de los tejidos infectados frente a los microbios invasores. En la inflamación participa la piel, el tejido conjuntivo, los vasos sanguíneos y algunas células inmunocompetentes de acción fagocitaria: monocitos y granulocitos neutrófilos. Su finalidad es aislar y destruir los gérmenes impidiendo que la infección se extienda. Se producen tres acontecimientos principales:
- Aumento del suministro sanguíneo
- Aumento de la permeabilidad capilar: esto permite que atraviesen el endotelio moléculas de mayor tamaño que las que lo hacen normalmente, permitiendo que los mediadores solubles de la inmunidad lleguen al lugar de la infección.
- Migración de macrófagos y neutrófilos: los macrófagos y los neutrófilos migran desde los capilares al tejido infectado, y mediante quimiotaxis se dirigen hacia el lugar de la infección.
La inflamación produce la sensación de dolor. La fiebre que acompaña en ocasiones al proceso infeccioso se debe a un aumento de producción de calor por el organismo. Las células en contacto con los microbios liberan sustancias piretógenas que, vía sanguínea, estimulan el centro regulador de la temperatura corporal, localizado en el hipotálamo. Este eleva la temperatura del organismo a un nivel superior al normal.
– La Respuesta Interna Específica: Respuesta Celular y Respuesta Humoral
Una vez que el sistema inmunitario ha reconocido la naturaleza de un antígeno, lanza específicamente contra él dos tipos de respuesta:
- Una respuesta celular
- Una respuesta humoral
Mecanismo General de la Respuesta Específica
Presentación del Antígeno por los Macrófagos a los Linfocitos
El antígeno es detectado por un macrófago. En la exocitosis quedan unidos a la membrana del macrófago, quedando así expuestos en su superficie para ser presentados a los linfocitos. Se exponen unidos a antígenos propios, del sistema mayor de histocompatibilidad (MHC).
Reconocimiento del Antígeno
Los linfocitos (T y B) reconocen el antígeno expuesto en la superficie del macrófago. Esta fase tiene como finalidad seleccionar las células que van a participar en la respuesta.
- En esta fase, los linfocitos colaboradores o helpers (Th) tienen la función de activar, mediante mediadores químicos llamados linfocinas, a las demás células inmunocompetentes.
- Los linfocitos T citotóxicos matan a las células invasoras que lleven el antígeno reconocido.
- Los linfocitos B son los que iniciarán la respuesta humoral.
Regulación de la Respuesta por los Linfocitos T Colaboradores o Helpers
Los linfocitos Th que han reconocido el antígeno y se han activado, van a regular toda la respuesta específica:
- Segregan linfocinas que activarán a los demás tipos celulares que van a intervenir.
Proliferación de las Células Activadas
Activados por la Interleucina II segregada por los linfocitos Th, todas las células sensibles al antígeno proliferan. Les inducen a dividirse por mitosis para aumentar la población de células que van a combatir al antígeno.
Respuesta Celular: Citotoxicidad y Fagocitosis Específicas
Los linfocitos T citotóxicos y los macrófagos se dirigen hacia el objetivo y lo destruyen de modo directo.
Respuesta Humoral: Síntesis de Anticuerpos y Reacciones Antígeno – Anticuerpo
La interleucina II segregada por los linfocitos Th activa a los linfocitos B:
- Proliferan para aumentar el número de células.
- Se diferencian a células plasmáticas secretoras de anticuerpos (Ac).
- Segregan unas glucoproteínas, los anticuerpos, que son formas solubles de sus receptores.
Anticuerpos o Inmunoglobulinas
Glucoproteínas sintetizadas y segregadas por las células plasmáticas que reaccionarán disueltas en plasma o en los líquidos tisulares contra los antígenos específicos para los que han sido diseñadas.
Todas las moléculas presentan un parecido patrón estructural:
- Cada molécula de IgG presenta dos centros activos por los que se pueden unir al antígeno.
- Pueden unirse a dos moléculas de antígeno.
Tipos de anticuerpos:
- IgG: la más abundante en sangre.
- IgM: pentámera.
- IgA: dímero.
- IgE: importante en hipersensibilidad o alergia.
Respuesta Humoral: Reacciones Antígeno – Anticuerpo
La unión del antígeno al anticuerpo es altamente específica; cada anticuerpo reconoce y se une con un determinado antígeno. La unión del antígeno al centro activo del anticuerpo se hace mediante enlaces no covalentes.
La reacción antígeno-anticuerpo puede ser de:
- Neutralización: pérdida de la capacidad de causar daño, la toxicidad queda anulada, los virus no pueden anclarse sobre las células, van dirigida contra las proteínas tóxicas y virus.
- Precipitación: se produce cuando el antígeno se presenta disuelto. El complejo antígeno-anticuerpo se vuelve insoluble y precipita.
- Aglutinación: el antígeno está presente en gran número sobre una superficie celular. Como los anticuerpos tienen dos centros activos pueden enlazar antígenos situados sobre diferentes células. Se forman así grandes aglomerados de células unidas por anticuerpos que favorecerá la actuación inespecífica de los macrófagos.
- Opsonización: los complejos antígeno-anticuerpo son más fácilmente detectados por los macrófagos que los destruirán por fagocitosis de un modo específico, actúan contra todo tipo de antígeno.
Supresión de la Respuesta una vez Superada la Infección
Una vez que el antígeno ha sido destruido, unos linfocitos T supresores (Ts) inhiben a todos los tipos de células que han intervenido mediante señales químicas inhibidoras. Dejan de dividirse y disminuye la población de todos los tipos celulares.
Memoria
Algunas células T y B de las que han intervenido permanecerán en la circulación y estimularán al sistema inmunitario para eliminar al mismo antígeno si éste se presentara de nuevo en el futuro. Esta es la inmunidad natural adquirida.