1. Temperatura y Metabolismo
1.1. Conceptos
- El metabolismo engloba la suma total de las reacciones químicas que ocurren en el organismo, existiendo dos vías: el anabolismo y el catabolismo.
- El anabolismo requiere de energía, ya que de sustancias simples se sintetizan sustancias más complejas. La actividad anabólica supone la incorporación neta de nitrógeno en el organismo.
- El catabolismo es la vía metabólica que se ocupa de degradar moléculas complejas a simples, liberando energía mediante la síntesis de ATP y la utilización de moléculas como grasas e hidratos de carbono.
Anabolismo | Catabolismo |
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- Tasa metabólica: se refiere a la velocidad en que los combustibles (como los azúcares) se degradan para mantener activas las células de un organismo. Existen diferencias generales en la tasa metabólica entre especies, y factores como las condiciones ambientales y el nivel de actividad de un organismo específico también afectarán su tasa metabólica.
1.2. Metabolismo y Producción de Calor
Las moléculas de los alimentos tienen energía almacenada en sus enlaces químicos. Algunas de las reacciones metabólicas de tu cuerpo, como las que conforman la respiración celular, extraen esta energía y capturan parte de ella como trifosfato de adenosina (ATP). Esta molécula, que transporta energía, puede usarse para realizar otras reacciones metabólicas que mantienen a las células funcionando. Las moléculas de los alimentos también se utilizan como piezas de construcción para las estructuras del cuerpo. Por ejemplo, las proteínas de los alimentos se descomponen en sus componentes (aminoácidos) y pueden utilizarse para construir nuevas proteínas en las células. La energía del alimento también puede almacenarse como glucógeno (una cadena de moléculas de glucosa unidas) o triglicéridos (moléculas de grasa) para su uso posterior.
La tarea de extraer energía de moléculas de combustible y usarla para realizar reacciones celulares no es un proceso completamente eficiente. En cambio, cada vez que la energía cambia de forma, cierta cantidad se convierte en una forma no utilizable. En las reacciones metabólicas de un animal, gran parte de la energía almacenada en moléculas combustibles se libera como calor.
Algunos animales pueden utilizar (y regular) su producción de calor metabólico para mantener una temperatura corporal relativamente constante. Se clasifican de la siguiente manera:
- Endotermos: su fuente de calor es interna. Generan calor que se manifiesta con una temperatura corporal ligeramente superior a la del ambiente. Producen calor metabólico en proporciones elevadas, pero con una conductividad térmica baja, es decir, pueden aislarse de un medio externo frío utilizando el pelo, por ejemplo. Incluyen a los mamíferos, como los seres humanos, y a las aves.
- Ectotermos: producen poco calor metabólico, ya que captan rápidamente el calor del ambiente, pero lo pierden rápidamente, ya que tienen una alta conductividad térmica. Recurren a la regulación térmica comportamental: eligen el microclima que en un momento dado necesitan, se exponen al sol o se esconden en huecos a la sombra. Los reptiles y las serpientes son ejemplos de ectotermos.
- Heterotermos: varían el grado de producción de calor endotérmico, pero no lo regulan dentro de márgenes estrechos. La regulación de los márgenes estrechos puede ser:
- Temporales: la temperatura varía con el tiempo, los insectos voladores, la pitón y algunos peces. El oso, por ejemplo, también varía su temperatura con el tiempo mediante la hibernación.
- Regionales: como los tiburones, atunes e insectos voladores, en su interior la temperatura es muy alta debido a la actividad muscular, pero en la periferia de su organismo la temperatura es menor.
1.3. La Tasa Metabólica
La tasa metabólica se refiere a la velocidad en que los combustibles (como los azúcares) se degradan para mantener activas las células de un organismo. Existen diferencias generales en la tasa metabólica entre especies, y factores como las condiciones ambientales y el nivel de actividad de un organismo específico también afectarán su tasa metabólica.
La tasa metabólica puede medirse en joules, calorías o kilocalorías por unidad de tiempo. También se puede expresar la tasa metabólica en función de oxígeno consumido (o dióxido de carbono producido) por unidad de tiempo. El oxígeno se consume en la respiración celular, y el dióxido de carbono se produce como un subproducto, por lo que ambas mediciones indican cuánto combustible se quema.
En algunos casos, se indica la tasa metabólica para el animal entero. En otros casos, se indica la tasa metabólica por masa, por ejemplo, cuánta energía utiliza 1 gramo de los tejidos del animal por unidad de tiempo. La tasa metabólica por masa nos ayuda a hacer comparaciones significativas entre organismos de tamaños diferentes.
La tasa metabólica «de referencia» de un animal se mide como tasa metabólica basal (TMB) en los endotermos o como tasa metabólica estándar (TMS) para los ectotermos. La TMB y la TMS son mediciones de la tasa metabólica en animales que se encuentran en reposo, tranquilos/sin estrés y que no digieren alimentos activamente (en ayunas). Los endotermos tienden a tener altas tasas de metabolismo basal y altas necesidades energéticas, debido a que deben mantener una temperatura corporal constante. Los ectotermos de tamaño similar suelen tener una tasa metabólica estándar y requerimientos de energía mucho menores.
Un ser humano adulto de sexo masculino típicamente tiene una TMB de 1600 a 1800 kcal/día, y un ser humano adulto de sexo femenino normalmente tiene una TMB de 1300 a 1500 kcal/día. La tasa metabólica de un animal determina cuánta comida debe consumir para mantener su cuerpo con una masa constante. Si un animal no come suficientes alimentos para sustituir la energía que consume, perderá masa corporal (conforme el glucógeno, grasas y otras macromoléculas se queman como combustible). Por otro lado, si un animal come más alimentos de los que necesita para reemplazar la energía que utiliza, habrá energía química sobrante que el cuerpo almacena como glucógeno o grasa. Esto es el fundamento de la pérdida y ganancia de peso en los seres humanos, así como en otros animales.
2. Termorregulación
La termorregulación es la forma en que los mamíferos mantienen una temperatura corporal constante. A diferencia de los reptiles, que tienen una temperatura corporal que cambia con su entorno, los mamíferos necesitan mantener una temperatura corporal constante todo el tiempo. En los seres humanos, el rango saludable está dentro de uno o dos grados de 37 °C (98,6 °F). Cuando la termorregulación funciona como debería, el cuerpo funciona a su nivel óptimo. Una temperatura demasiado alta o demasiado baja puede afectar a: corazón, sistema circulatorio, cerebro, tracto gastrointestinal, pulmones, riñones e hígado. Comprende mecanismos controlados por el hipotálamo. Funciona a través de un sistema de retroalimentación que permite el aumento o disminución de la temperatura como respuesta a las condiciones ambientales.
2.1. Sistema de Control de la Temperatura Corporal
- Sensor: El sensor o receptor es una célula especializada para recibir los estímulos exteriores de temperatura. Se ubica en la piel, órganos internos y en el hipotálamo. Cada uno de estos responde a cambios de temperatura diferentes. Todas las células del cuerpo humano poseen un potencial eléctrico, el cual existe gracias a la diferencia de concentración iónica entre el líquido intracelular y el líquido extracelular. Este potencial se denomina potencial de membrana, el cual desempeña la función de transmitir información a través de los impulsos nerviosos. La frecuencia de los impulsos disminuye luego de que cesen los estímulos o que el sensor se adapte al cambio. “Un ejemplo de este efecto es la sensación percibida cuando nos metemos en una bañera con agua caliente, que nos produce una sensación quemante intensa al principio, pero que después de un momento de exposición se convierte en calor agradable”.
- Centro integrador: El impulso nervioso llega finalmente al hipotálamo, que es el sistema coordinador de la temperatura. Aquí, la temperatura de los líquidos circulantes es comparada con una temperatura estándar. Dependiendo del resultado, se envían las señales de respuesta que permitan mantener la temperatura en los límites establecidos. El hipotálamo puede ser separado en dos secciones: una donde se encuentra el centro que permite aumentar la transferencia de calor del cuerpo al medio, que se estimula cuando la información entrante avisa que la temperatura medida por los sensores es mayor a la temperatura permitida o estándar, este centro permite bajar los niveles de temperatura corporal; y la otra donde se encuentra el centro de producción de energía térmica que tiene el efecto opuesto.
- Efectores: La función de los efectores varía según la respuesta del centro integrador. Cuando las temperaturas del medio circulante son muy bajas, la transferencia de calor por la piel es alta, por lo que se debe incrementar la producción de energía térmica para alcanzar las mismas cifras y así mantener la regularidad en la temperatura corporal.
2.2. Los Mecanismos de la Termorregulación
Los mecanismos de la termorregulación se pueden clasificar en aquellos de tipo reflejo o autonómico y de conducta o voluntarios.
- En los mecanismos tipo reflejo, el sistema nervioso autónomo activa una serie de respuestas termorreguladoras ante los cambios de temperatura corporal de forma automática y sin intervención de la voluntad del sujeto.
- En los mecanismos de conducta, el sujeto es consciente de tomar ciertas decisiones cuando siente que pierde su confort térmico, aunque su temperatura corporal no necesariamente varíe.
- Ambos tipos de regulación contribuyen a conservar la homeostasis térmica.
2.2.1. Mecanismos de Pérdida de Calor
El animal siempre está perdiendo calor, ya sea por factores ambientales o por procesos biológicos. Estos pueden ser externos o internos. Una vez producido, el calor es transferido y repartido a los distintos órganos y sistemas.
2.2.1.1. Mecanismos Externos
- Radiación: El intercambio de calor por radiación se refiere a la transferencia física de calor entre dos superficies que no están en contacto por el movimiento del calor en el aire. En el exterior, la principal fuente de calor radiativo es el sol, que puede quedar atrapado, así como reflejado desde las superficies del suelo y de los edificios hacia las personas en el entorno. Las maquinarias, como compresores para aire acondicionado, motores de automóviles y generadores de energía, también pueden ser fuentes de transferencia de calor radiativo del medio ambiente a las personas en los alrededores y transferencia de calor del ambiente a la piel. Por otro lado, la piel puede perder calor al medio ambiente a través de la radiación si la temperatura de la piel es mayor a la del medio ambiente, como durante la exposición a condiciones invernales o cuando se está sentado en una habitación fría.
- Convección: El intercambio de calor por convección se refiere a la transferencia de calor por un medio que atrapa el calor (agua o aire) que fluye a través de una superficie estática. Esta vía de intercambio de calor también es bidireccional e implica la transferencia de calor entre la piel y el agua o el aire que se mueve a través de la superficie del cuerpo. Al ducharse, por ejemplo, la piel absorbe el calor del agua si la temperatura de la piel es inferior a la temperatura del agua, y viceversa. El mismo principio se aplica cuando un ventilador eléctrico dirige el flujo de viento contra la superficie del cuerpo, lo que implica que el ventilador sólo es útil para enfriar el cuerpo cuando la temperatura de la piel es menor a la temperatura del ambiente. Soplar aire caliente contra la piel más fría da como resultado la transferencia de calor del aire a la piel a través de la convección.
- Conducción: El intercambio de calor conductivo ocurre cuando el calor se transfiere a través del contacto entre dos superficies estáticas. Esta forma de intercambio de calor también es bidireccional y a favor del gradiente de calor, desde la superficie más caliente a la más fría. En entornos laborales, el intercambio de calor conductivo puede ocurrir entre las superficies de los equipos que emiten calor y la piel.
La expansión del líquido permite que el calor atrapado en la humedad se disipe al entorno. Esta forma de pérdida de calor es unidireccional, donde el calor almacenado en el líquido solo puede ser transferido al medio ambiente y no al revés. La evaporación de agua en el organismo se produce por los siguientes mecanismos:
- Evaporación insensible: se realiza en todo momento y a través de los poros de la piel, siempre que la humedad del aire sea inferior al 100%. También se pierde agua a través de las vías respiratorias.
- Evaporación superficial: formación del sudor por parte de las glándulas sudoríparas, que están distribuidas por todo el cuerpo, pero especialmente en la frente, palmas de manos, pies, zona axilar y púbica.
2.2.1.2. Mecanismos Internos (Controlados por el Organismo)
Voluntarios: Sacarse ropa o desabrigarse (corteza cerebral).
Involuntarios:
- Sudoración: Cuando el cuerpo se calienta de manera excesiva, se envía información al área preóptica, ubicada en el cerebro, por delante del hipotálamo. Este desencadena la producción de sudor. Parte de la sangre venosa que almacena el exceso de calor metabólico que necesita ser transportado a la piel para inducir la sudoración. La tasa de pérdida de sudor puede oscilar entre 1 l/h y 3,5 l/h, según el peso corporal, el volumen de las glándulas sudoríparas y actividad, intensidad de trabajo y clima. Aunque la sudoración es el principal mecanismo innato de enfriamiento del cuerpo, la sudoración sola, sin evaporación, da como resultado la pérdida de fluidos corporales, con una mínima pérdida de calor. Sin embargo, debido a que el fluido en el sudor se deriva del plasma en circulación sanguínea, la sudoración excesiva prolongada sin el reemplazo adecuado de líquidos puede resultar en el agotamiento del volumen sanguíneo.
- Transpiración insensible: Cada persona, en promedio, pierde 800 ml de agua diariamente. Esta proviene de las células e impregna la ropa, que adquiere el olor característico.
- Vasodilatación: Cuando la temperatura corporal aumenta, los vasos periféricos se dilatan y la sangre fluye en mayor cantidad cerca de la piel para enfriarse. Por eso, después de un ejercicio la piel se enrojece, ya que está más irrigada.
2.2.2. Mecanismos de Ganancia de Calor
2.2.2.1. Mecanismos Externos
- Radiación directa del sol: La superficie del cuerpo absorbe una gran cantidad de calor como radiación infrarroja. Se ha calculado que el cuerpo humano obtiene un 92%.
- Irradiación desde la atmósfera: La atmósfera actúa como una pantalla amplificadora frente a las radiaciones provenientes del Sol, y hace incidir las radiaciones infrarrojas directamente sobre el cuerpo.
2.2.2.2. Mecanismos Internos
Voluntarios: Abrigarse (corteza cerebral).
Involuntarios:
- Vasoconstricción: En el hipotálamo posterior existe el centro nervioso simpático encargado de enviar señales que causa una disminución del diámetro de los vasos sanguíneos cutáneos. Esta es la razón por la cual la gente palidece con el frío.
- Piloerección: La estimulación del sistema nervioso simpático provoca la contracción de los músculos erectores, ubicados en la base de los folículos pilosos, lo que ocasiona que se levanten. Esto cierra los poros y evita la pérdida de calor. También crea una capa densa de aire pegada al cuerpo, evitando perder calor por convección. Esto es un signo genético de nuestro pasado animal (a los animales de pelo largo les permite formar una capa gruesa de aire aislante reduciendo la transferencia de calor al entorno).
- Termogénesis química: El hipotálamo aumenta la producción de la hormona liberadora de tirotropina (TRH). Esta estimula la producción en la hipófisis de hormona estimulante de la tiroides (TSH), la cual a su vez incrementa la secreción de hormonas en la glándula tiroides, y finalmente estas estimulan la producción de calor en todas las células del organismo. Este incremento no es inmediato, ya que necesita de varias semanas para que la glándula tiroides se hipertrofie y alcance un nuevo nivel de secreción de tiroxina. Además, esta respuesta no está muy desarrollada en humanos, pero sí es importante en otras especies animales. Otro mecanismo presente en nuestro organismo es la estimulación del sistema nervioso simpático, ya que este incrementa la producción de adrenalina y noradrenalina, ocasionando un aumento de metabolismo celular y, por ende, del calor producido.
- Espasmos musculares o tiritones: La musculatura esquelética se escapa del control voluntario y queda sometido al hipotálamo. El frío produce contracciones musculares involuntarias, que aumentan el tono muscular o contracción basal que tienen los músculos, y si es más intenso produce un temblor perceptible. Estas contracciones consumen energía que se transforma en calor. (Hay evidencias experimentales de que al enfriar la médula espinal se producen escalofríos).
2.2.3. Otros Mecanismos de Termorregulación
El escalofrío es un acto que se desencadena luego de la sensación de frío notada por la piel. Cuando la medida tomada por el sensor es demasiado baja en comparación a la del medio interno, el hipotálamo envía señales mediante impulsos nerviosos para que los músculos empiecen movimientos involuntarios, lo cual aumenta la temperatura corporal rápidamente. Cabe aclarar que, en varios casos, cuando la diferencia de temperatura no es tan alta, este movimiento de los músculos pasa sin ser percibido por el ser humano, ya que se produce poca energía térmica para mantener la regularidad. Cuando el movimiento del músculo se hace notorio y brusco es indicio de que el cuerpo necesita producir grandes cantidades de energía térmica para mantenerse estable.
El erizado es otra respuesta que retarda la transferencia de calor al medio y, por lo tanto, ayuda a mantener la temperatura en los órganos vitales y así mantener la regularidad térmica dentro del organismo. El erizado se produce gracias a que los poros, en la piel, se cierran, impidiendo así ceder calor al medio. Esto origina la erección del vello de la piel, lo que además crea una capa de aire que funciona como barrera (lo que distinguimos en nuestra cotidianidad como piel de gallina). Este efecto en la piel se nota inmediatamente se tiene la sensación de frío y desaparece luego de que el cuerpo se ha acostumbrado a esta nueva temperatura o se ha protegido con algún abrigo. En el cuerpo humano, este mecanismo para retardar la transferencia de calor no es muy considerable, mientras que en animales de pelo tupido este erizado permite aislar la piel con mayor eficiencia.
El control en el flujo de sangre es otra respuesta que permite disminuir la transferencia de calor y, por lo tanto, mantener la temperatura corporal. Al estimularse la zona de producción de energía térmica, los vasos sanguíneos se contraen para reducir el paso de sangre “caliente” hacia la piel, lo que permite usarla en los órganos vitales. Esta disminución del flujo sanguíneo permite que la temperatura en la piel disminuya y, por lo tanto, la transferencia de calor del cuerpo al medio. Esta es la razón por la que notamos la piel pálida cuando se encuentra a una baja temperatura. Cuando la temperatura del cuerpo no se puede regular, el cuerpo reduce ostensiblemente el paso de sangre a las extremidades, produciendo incluso que estas puedan perder su funcionalidad, gangrenarse o su pérdida total.
El escalofrío, el erizado y la contracción de las venas aparecen siempre que el cuerpo requiera aumentar su temperatura, ya sea porque cede calor al medio o porque al cuerpo ha ingresado un agente patógeno que debe ser destruido. Por eso, en caso de enfermedad, es común encontrar estas respuestas del cuerpo en sus primeras fases. Cuando, por el contrario, la sensación térmica es de calor y el cuerpo necesita bajar su temperatura interna, el centro que permite aumentar la transferencia de calor del cuerpo se estimula, ocasionando que los mecanismos que permiten el aumento de temperatura corporal dejen de actuar. Por lo tanto:
- Los vasos sanguíneos de la piel se dilatan como consecuencia del aumento de la temperatura en el cuerpo, ya que permite que las moléculas se separen y ocupen mayor espacio. Esto, además, aumenta la cantidad de sangre caliente que fluye desde el interior del cuerpo humano, incrementando la presión sanguínea y trasmitiendo calor al medio exterior con mayor rapidez, lo que permite disminuir la temperatura corporal. Una consecuencia notoria de esa dilatación de los vasos es el enrojecimiento de la piel donde existe mayor flujo y transferencia de calor corporal.
- Los poros de la piel también se dilatan para permitir mayor transferencia de calor a través de ellos. Además, se estimulan las glándulas sudoríparas a través de los nervios simpáticos, originando el sudor.
La Hibernación: Puesto que durante el invierno es más difícil encontrar comida, muchos animales pasan esa estación en un estado de suspensión, llamada hibernación, para ahorrar energía. Una de las especies que hibernan más profundamente es la marmota. Durante la hibernación, la temperatura corporal de la marmota puede bajar hasta menos de 10 °C. Como la actividad celular depende de la temperatura, todas sus funciones biológicas se enlentecen hasta casi detenerse. La frecuencia cardíaca desciende a 2 o 3 latidos por minuto (lo normal en esta especie es 130 latidos por minuto), y respira una vez cada cinco minutos. El consumo de energía se reduce proporcionalmente, de manera que la marmota puede pasar seis meses en ese estado sin comer, gastando solo las reservas de grasa que ha acumulado durante el verano. Otros animales, como los osos, también pasan el invierno en un estado de inactividad, pero en los osos no disminuye la temperatura corporal, así que este letargo de los osos no es hibernación propiamente dicha.
Los mecanismos de la hibernación no se conocen bien, pero como cabría esperar, el hipotálamo es importante para la hibernación. Los animales con lesiones en el hipotálamo pierden la capacidad de hibernar. Durante la hibernación aparece en la sangre una sustancia llamada HIT (Hibernation Inducement Trigger). Cabe suponer que esa sustancia se produce cuando llega el invierno y actúa sobre el hipotálamo para que desencadene los cambios fisiológicos de la hibernación.
3. Alteraciones de la Termorregulación
3.1. La Fiebre
Es la respuesta que se origina en el cuerpo humano para eliminar algunos agentes patógenos que ingresaron a este y lo afectan. El hipotálamo humano reajusta los límites de la temperatura interna que inicialmente se encontraban entre 35,5 °C a 37 °C hasta el nuevo rango de 38 °C a 41 °C, lo que estimula el mecanismo termorregulador. Inicialmente, cuando el agente patógeno ingresa, el organismo pone en marcha una serie de actividades que le permiten eliminar el intruso. Una de estas es el aumento de la temperatura corporal. El hipotálamo (termostato) reajusta los límites de la temperatura corporal a un nivel más alto, lo que ocasiona la necesidad de aumentar la producción de energía térmica para elevar la temperatura del cuerpo. La piel se torna pálida, efecto de la contracción de las venas, lo que disminuye la transferencia de calor del cuerpo hacia el medio circulante. Se genera piel de gallina con el mismo efecto y aparecen escalofríos, lo que permite aumentar la temperatura por medio del trabajo muscular. Estas respuestas del cuerpo humano aparecen cuando la piel aún se encuentra fría al tacto humano y continuarán hasta nivelar la temperatura corporal a su nuevo límite. En este momento sentimos frío, por lo que nos arropamos, creando así una barrera que disminuye la pérdida de calor por medio de la conducción térmica.
Cuando el cuerpo aumenta su temperatura hasta el nuevo límite establecido por el hipotálamo, la piel se torna caliente y es el momento en el que se establece que existe fiebre. Como prevalece la lucha contra el agente invasor, el cuerpo sigue produciendo calor mediante el metabolismo celular y la secreción hormonal, pero como la temperatura se encuentra en el límite, ya no puede seguir en aumento u ocasionaría un colapso funcional, es decir, perder el conocimiento. Por lo que el hipotálamo estimula también las respuestas para el aumento de transferencia de calor. La piel se torna rojiza, efecto de la dilatación de las venas, lo que permite aumentar la pérdida de calor por conducción. Al disminuir la ropa, se permite el flujo de aire fresco por nuestra piel para aumentar la transferencia de calor por convección y se produce sudor que disminuye la temperatura por medio de la evaporación del agua. Luego de un tiempo, gracias al medicamento, el termostato vuelve a nivelarse a los límites iniciales.
3.2. La Hipertermia
En la hipertermia, la temperatura corporal puede aumentar por exposición prolongada al sol (insolación), exceso de ejercicio (calambres por calor), climas muy cálidos (golpes de calor) y algunos medicamentos o drogas (hipertermia inducida). Se considera hipertermia al aumento de la temperatura igual o por encima de 41 °C a consecuencia del fracaso del centro integrador de la temperatura, por lo que no puede perder el exceso de energía térmica o se produce más de lo necesario.
Cuando se realiza ejercicio, la temperatura aumenta como máximo a los 40 °C. El centro integrador (hipotálamo) pone en marcha las respuestas para disminuir la temperatura. La piel se torna rojiza por la dilatación de las venas, que permite mayor flujo de sangre caliente a la piel, lo que aumenta la transferencia de calor por conducción al medio circulante. Se produce sudación que conduce a la pérdida de calor por medio de la evaporación del agua. Se agita la respiración, que aumenta la entrada de aire al cuerpo que se evapora gracias a las altas temperaturas del torrente respiratorio. En este momento, aún la persona está estable y con descanso e hidratación volverá a su temperatura normal.
Cuando nos encontramos en climas muy cálidos y húmedos, como las selvas tropicales, el aire que se encuentra en contacto con nuestro cuerpo está sobrecargado por la humedad ambiental y por la evaporación de nuestro sudor. La transferencia de calor del cuerpo hacia el medio ambiente disminuye considerablemente. Esto genera la sensación de incomodidad en el cuerpo. Cuando, gracias a situaciones ambientales como la expuesta anteriormente, la temperatura interna del cuerpo humano aumenta más del límite establecido, se genera un llamado choque térmico, situación que es más probable si el sujeto está deshidratado. Entonces, su capacidad de disminuir la temperatura por medio de la evaporación del sudor es menor. Cuando la temperatura supera los 43 °C, es muy posible el daño cerebral. El metabolismo celular sube tanto que las células se queman. Si la temperatura sigue en aumento, puede provocar la muerte.
En caso de la hipertermia, se necesita disminuir la temperatura corporal por medios externos, ya sea sumergiendo el cuerpo en agua fría, para aumentar la transferencia de calor por medio de la conducción, y se debe despojar de ropas e hidratar el cuerpo.
3.3. La Hipotermia
Cuando la temperatura del cuerpo se encuentra entre 35 °C a 33 °C, las venas se contraen, lo que disminuye la transferencia de calor del cuerpo por conducción hacia el agua y se generan escalofríos para aumentar la producción de energía térmica por trabajo mecánico de los músculos. Cuando la temperatura corporal se encuentra entre 33 °C hasta 31 °C, hablamos de hipotermia. En este estado, las reacciones celulares se vuelven lentas, lo que confunde al centro regulador. Los escalofríos son más violentos y las extremidades pierden sus funciones por la falta de sangre. Acto seguido, se congelan y gangrenan. En este momento, el cuerpo empieza a luchar por sobrevivir. A temperaturas menores, se suspenden las actividades vitales hasta que se aumente la temperatura, lo que le permitirá recuperarse. Aproximadamente a los 28 °C, el hipotálamo deja de funcionar y la temperatura comienza a descender rápidamente hasta la muerte del sujeto, que se puede producir alrededor de los 23 °C.